Por Raúl Mario Ermoli Galluppi.-
Es que inaugurar de apuro algunas escuelas o viviendas, necesarias sin duda, en un año electoral, no es ninguna hazaña, o repartir subsidios y empleos públicos tampoco; todos lo hacen, pues poner estos “parches” sabemos que no son más que “alivios parciales” que no curan al enfermo, que sin una terapia acertada que ataque el problema de fondo, fatalmente terminará siendo un enfermo terminal. Y una terapia acertada sólo puede ser el resultado de un diagnóstico basado en datos reales, en manos de un profesional idóneo que sepa tomar las medidas adecuadas, para no tener luego que andar buscando excusas, culpando a terceros, o al pasado del enfermo. Se supone, además, que cuando aceptó ser el médico de este enfermo, sabía muy bien cuáles serían las consecuencias o la posible evolución de la enfermedad…
La sociedad Argentina de hoy, y desde hace varias décadas, es una sociedad en declive, o en decadencia, con serios episodios de crisis que se reiteran periódicamente, porque los gobiernos que se suceden no parecen conocer ni encontrar un rumbo acertado que les permita conducir “la nave nacional” hacia un futuro venturoso.
Cuando el actual presidente Alberto Fernández se presentó como candidato a la presidencia, ¿acaso no conocía los problemas o condiciones que la gestión saliente dejaba sin resolver? Tanto lo bueno como lo malo… Y si era así, ¿no tenía preparado o elaborado un plan concreto y creíble sin falsas promesas, para lograr una superación o al menos una mejoría de los problemas mencionados? Sin embargo, en todos sus discursos, o cada vez que habla, repite casi siempre lo mismo: lo que el gobierno anterior dejó, al que hace responsable de todos los males actuales, olvidando que los 4 años del gobierno que critica, a su vez, estuvo precedido por otros, también con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero que al final tampoco solucionaron los «problemas de fondo o estructurales», que son las verdaderas «causas» de nuestro malestar…
Pero esto, lo que nos ocurre en Argentina no parece ocurrir en la mayoría de los países cuando cambian de gobierno, y no me refiero sólo a países como Suiza, Alemania o los países del norte europeo, que son muy estables y organizados, sino incluso a no pocos países que a través de diferentes gobiernos han logrado estabilizar aceptablemente sus economías, tal como incluso lo han conseguido nuestros vecinos, cambiando gobiernos de muy diferente orientación, como por ejemplo Brasil, Chile, Uruguay o Paraguay, e incluso Bolivia, a pesar de su inestabilidad política, y cuyas economías no padecen el estado inflacionario que destruye economías. Por ello tampoco pueden ser válidas las excusas culpando a imponderables como la pandemia, o a la sequía… como si estas desgracias no afectaran también a muchos otros países, que, sin embargo, se recuperan aceptablemente…
Por eso no podemos menos que preguntar si los candidatos que pretenden asumir la presidencia de un país, del que sea, ¿no piensan que pueden ocurrir toda clase de contratiempos, catástrofes, terremotos, inundaciones, o incluso con sus secuelas de destrucción y muertes? ¿O no están previamente preparados para enfrentar como corresponde la posible ocurrencia de cualquiera de estos males, sin tener que quejarse continuamente, en busca de excusas cuando se ven superados, sea por incapacidad o inoperancia?
Padece la sociedad argentina una multiplicación de la pobreza, de la indigencia y la marginalidad, con su secuela de diferentes delitos, y de un estado de inseguridad que afecta ya a la mayoría de los argentinos, sumado a una altísima inflación que deprecia los ingresos y realimenta a su vez la pobreza mencionada, afectando incluso al que tiene trabajo estable y registrado, causando esto también un estado de inseguridad e intranquilidad.
En conclusión, creemos sinceramente que más allá de la ideología política que pueda tener un gobernante, sea de izquierda, de derecha o de centro, su responsabilidad principal es tratar de realizar una gestión lo más aceptable posible, mirando siempre hacia adelante, buscando soluciones reales, pues para eso fue votado, para no tener que estar dando continuas excusas o acusando a terceros para justificar su ineficiencia o incapacidad.
03/04/2023 a las 3:45 PM
Mi respuesta es que no tiene nada que ver con la ideologia o si tienen planes.
Hoy dentro de la democracia no se pueden llevar a cabo transformaciones.
El limitar al poder con la division de poderes y el recambio de la camara por partes, el incentivo de sabotear al que esta en funciones en favor propio, los jueces activistas, son todas cosas que imposibilitan la accion.
Y enfrentar algunos intereses como el sindical (que debieran ser extinguidos por completo) o el empresario, o el extranjero, requieren una cuota de poder que no se existe dentro de la democracia.
Asi que voten tranquilos a cualquiera. El resultado sera mas o menos el mismo.