Por Juan José de Guzmán.-

Cuántos años de iniciaciones y suspensiones han pasado tras la idea de “unir la ciudad” que está partida en dos por las vías del ferrocarril Sarmiento.

Se han tramitado préstamos internacionales para esta vital Obra, presentado decenas de proyectos, pliegos de iniciación de obra, se contrató una gran tuneladora alemana, se ha llegado a la mitad del proyecto y… otra vez (desde hace ya 4 años esta necesaria obra está suspendida y abandonada).

Como tantas mega-obras que se proyectaron y no se hicieron, y el Estado pagó con la plata de todos nosotros (muchas de ellas puntillosamente denunciadas en el juicio Vialidad), ésta es una obra que generaría inmensos beneficios para todos los habitantes del distrito más densamente poblado.

Lo que sí sé, y todos los funcionarios actuantes saben (que desde 2006 a la fecha han realizado simulacros de “piedra basal” sobre este tema), es que “por imprevisibilidad, cálculos erróneos, crisis económicas, desencuentros empresariales, incompetencias varias (los trenes le competen a la nación y no a los gobiernos provinciales o municipios), etc., etc.”, ésta, que debió haber sido una de las más importantes, es una más de las tantas que la tan devaluada política ha dejado a merced de su destino, o de los próximos gobiernos (que se las arreglen otros).

Con lo maravilloso que significaría para los porteños tener un corredor verde de 20km en el centro de la ciudad…

Tal vez sería una buena oportunidad para que un gobierno sediento de privatizaciones e inversiones le diera fin a este sueño de todos.

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