Por Guillermo Cherashny.-

Ayer se inauguró la obra de la extensión del Canal de Panamá, que duró diez años y que costó 5.000 millones de dólares que financió la banca china y que será devuelto por el ente autónomo del canal, que en cierta forma depende del gobierno panameño y se pagará con el peaje de los barcos. Esta megaobra que se mostró por muchos canales internacionales de TV sirve para confirmar la corrupción del kirchnerismo. En efecto, la construcción de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner fue adjudicada por 5.000 millones de dólares a una UTE conformada por la empresa Electroingeniería, la china Gezhouba e Hidrocuyo, y su financiamiento será provisto por un banco chino y el estado argentino lo devolverá en su totalidad.

Para no entrar en detalles técnicos, esas represas sólo darán energía a la provincia de Santa Cruz y está entre las prioridades hidroeléctricas del país, entre el número 14 y el 20, por lo cual la cifra de 5.000 millones de dólares suena a disparate de despilfarro, pero así fue firmado por Cristina Fernández y Julio de Vido con el estado chino. Pero al asumir el gobierno de Cambiemos se empezó a renegociar la obra y se acordó en disminuir la potencia energética de la obra y el costo descendió a 2.500 millones de dólares que, ante la gigantesca obra de la extensión del Canal de Panamá, sigue siendo un despropósito. Pero los chinos quieren que se respete lo firmado, total lo pagará el estado argentino en el término de diez años y por ahora se tomaron 1000 personas para hacer algunas obras. Y ahí surge la intención de la empresa china Gezhouba de comprar la empresa cordobesa Electroingeniería, cuyos socios son Osvaldo Acosta, con el 70%, y Gerardo Ferreyra, con el 30%. Este último es íntimo amigo de Carlos Zannini y estuvo preso en Córdoba junto al ex secretario legal y técnico en los años 70.

Electroingeniería es dueña también del 25% de Transener, la transportadora de gas, donde Enarsa tiene otro 25% y Pampa Energía el 50% restante.

Un arrepentido brasileño declaró ante el juez Sergio Mora que Electroingeniería compró ese 25% que era propiedad de Petrobras mediante el pago de sobornos, pero la justicia argentina todavía no imputó a nadie.

Ya en su momento, el fondo Eaton Park le quiso comprar esa parte de Transener a Petrobras pero Julio de Vido lo impidió y sólo autorizó la venta a Electroingeniería. ¿Qué tiene que ver Transener con las represas de Santa Cruz? Pues bien, Electroingeniería le pidió un préstamo al Banco Macro de 133 millones de pesos para iniciar las obras de las represas pero el banco se quedó con las acciones de Transener como garantía de pago en el préstamo por un año de plazo. De ahí que no sólo los chinos quieran comprar Electroingeniería sino también constructoras locales. Pero el problema es que el 27 de abril del 2016 Aranguren firmó un acuerdo con la UTE ganadora para que en 60 días comiencen los trabajos de la fase uno, que depende de los estudios de impacto ambiental, y el plazo vencía ayer. Y pese a que la canciller Malcorra a fines de abril anunció desde china que la obra se hacía, todavía no hay nada concreto, aunque la insistencia del país de Oriente con un contrato firmado, sólo deja margen para achicar la obra a un precio de 2.500 millones dólares que de todas formas, frente a los 5.000 millones de dólares de la extensión del canal panameño, parecen un negociado escandaloso que el gobierno nacional debería pensarlo varias veces.

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