Por Sebastián Dumont.-

La denuncia de Elisa Carrió en relación a supuestos manejos poco claros de dinero en el gobierno de Daniel Scioli fueron el eje de la política bonaerense de la semana. Pero la diputada por la ciudad de Buenos Aires no se olvida de posar su mirada en el caso Ritondo-Bressi, más allá que se cansen de decirle que no hay ninguna información que certifique sus dichos, donde vinculó al jefe de la policía bonaerense con el narcotráfico. En el fondo, muchos de los puntos se tocan y tienen que ver con cuestiones no saldadas de otros tiempos, además de la puja política en el principal distrito electoral del país.

La ruptura del cerco mediático que rodeaba a Scioli fue aún más allá. Hasta el mediático abogado Fernando Burlando, que supo patrocinar a la madre de la joven muerta Candela en uno de los casos más graves que se vivieron durante la época de Scioli. Ahora Burlando dice que Scioli estaba rodeado de ladrones.

Y como si fuera poco, Carrió amplió la denuncia aportando documentación de facturas truchas que serían de empresas fantasmas, muchas de ellas mencionadas también en el caso de Lázaro Báez. Por esa causa está preso en Bahía Blanca Juan Suris, que se hizo famoso por ser el novio de Mónica Farro, la vedette uruguaya. De aquello pagos era el último ministro de producción de Scioli, Cristian Brestestein, quien en el último tiempo, antes de viajar a Alemania, solía pasar sus noches en el boliche Asia de Cuba donde pagaba con la tarjeta coorporativa de una de las entidades a su cargo.

Pero más allá que Carrió se haya dedicado a Scioli esta semana, su mirada sobre el eje Ritondo-Bressi no está cerrado ni mucho menos. Aseguran cerca de ella que tiene más información que comprueban el vínculo del ministro de seguridad con su antecesor Alejandro Granados, y sobre todo el manejo de Hugo Matzkin en la superestructura de la policía bonaerense. ¿Quién le lleva la información a la gobernadora de lo que pasa en la provincia? ¿La inteligencia la sigue haciendo Matzkin con Milani y Pocino? Hay mas de un indicio en ese sentido. Cristina Ritondo lo sabe desde hace tiempo. La pregunta es si no puede, no quiere o está cómodo con esta situación.

No hay que olvidarse que en la nota brindada a La Nación, Jaime Stiuso acusó a Granados y a Scioli de haber matado a su agente Lauchón Viale. Matzkin era el jefe de la policía bonaerense en ese momento. El Lauchón estaba detrás de una investigación sobre narcotráfico donde había detenido a “Mi Sangre” en el reconocido restaurante de pastas de Pilar, Mario Fetucchini.

En este “todo tiene que ver con todo”, el secretario de la gobernación Fabián Perekchonik, otrora contratado por Daniel Scioli, salió a decir que no había contrataciones raras en lo denunciado por Carrió. Extraño vocero eligió el gobierno provincial ya que es interesado directo en el tema.

Carrió arremete en la provincia con la mirada puesta en las elecciones del año que viene. Vidal busca sumar a Margarita Stolbizer para hacer un golpe a varias bandas. Y en medio de todo esto, “lilita” prepara nuevas embestidas contra la seguridad bonaerense. Incluso ya sabría desde donde se interceptaban las comunicaciones para hacer inteligencia. Y habría descubierto que eso estaba a cargo de un hombre de César Milani. Más datos: era en City Bell.

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