Por Luis Alejandro Rizzi.-
En esta nota no se cuestiona el triunfo de LLA, sería estúpido. Lo analizo.
Recuerdo que el triángulo escaleno es aquel que tiene sus tres lados de diferentes medidas. Por eso lo traigo como ejemplo, los tercios de la política argentina tienen diferentes volúmenes de votos.
La abstención fue del 32%, pero si tenemos en cuenta los fallecidos desde que se confeccionaron los padrones y los imposibilitados de concurrir al comicio por diferentes motivos, el “tercio” que no vota voluntariamente se reduce a un 15%, número que uso como hipótesis de trabajo.
Este segmento es el disconforme con la “política”. No es “anti”; más bien lo incluiría en la categoría de “agnóstico político”. Esta categoría es vertical en la sociedad, cruza a todas las clases o segmentos sociales.
El domingo pasado, 26 de octubre, votó el 68 por ciento del padrón.
De ese modo LLA -una coalición de hecho- logró el 40% de los votos emitidos, que se reduce al 27% del total del padrón; el variopinto peronismo, un 21%; ajustando a los números reales, estos dos tercios absorbieron el 45% del padrón total.
El 20 restante se dividió en terceros partidos. “Provincias Unidas”, 1.600.000, 8 bancas; locales, 900 mil, 5 bancas; otros 3.800.000, 6 bancas, que sumaron un 17% del Padrón total. Completan el 66% los votos en blanco, nulos e impugnados, algo más del 2%.
Así votamos.
Este mapa mostraría que la sociedad votante habría optado por un sistema de gobierno parlamentario o de consenso en el que el Congreso no debe ser ni una “Escribanía” ni una simple mesa de entradas.
El gobierno -LLA- sumó 64 bancas y el no gobierno, el peronismo y demás partidos, 63 bancas.
El gobierno ha conformado una primera minoría.
Milei tiene una alternativa de hierro, la óptima sería la de conformar una coalición de gobierno estable, base de una sólida coalición electoral en 2027, o creerse ganador excluyente y buscar sólo sumisión y obediencia debida, lo que sería para mal de todos.
La puta moneda sigue en el aire, como el anillo de “match point”; aún no sabemos de qué lado caerá.
Por último, LLA participó de las elecciones en soledad. La supuesta alianza con el PRO en CABA y Provincia de Buenos Aires fue más una transfugada de personas, algunas arrepentidas.
La política argentina tomó la forma de un triángulo escaleno, de “cuatro tercios”.
Tres tercios desiguales lo conforman LLA -primera minoría-, el cristiperonismo -en estado de asamblea y a la vez minoría-, y el resto, el lado más corto, pero no menos importante.
Afuera, los que no votan deliberadamente, “otro tercio”, pueden sumarse al triángulo escaleno en cualquiera de sus catetos para dibujar una nueva hipotenusa.
Este sería el espíritu político de la época, nada que ver con el principio de geometría de Pascal, pero sí tal vez con el de “finesse”.
La política, y en especial “gobernar”, es “persuadir”, enseñaba Fernando Henrique Cardozo; requiere espíritu de “finesse”.
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