Por Jorge Augusto Cardoso.-
El martes dos abril, en una fecha significativa para la patria, en la columna de opinión del diario Clarín, el Sr. Runza, quién se presenta como Ingeniero y Magister en Defensa Nacional, en relación a los efectivos de nuestras FFAA expresa que: “nosotros necesitamos 35.000 menos”. (Sic). Es ésta una disparatada afirmación. Los efectivos actuales de las FFAA no llegan a los 80.000; menos que la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y si se redujeran como propone el Magister, quedarían con 45.000. Chile posee 90.000 activos y 190.000 en la reserva. Brasil tiene 339.000 efectivos; Israel, con el tamaño de Tucumán, tiene 173.000 en servicio y 465.000 en la reserva.
Las FFAA del 8vo país más grande del mundo, el nuestro, deberían tener no sólo mayores efectivos de los que posee sino la capacidad de ser dominantes en todo el espectro de operaciones militares; persuasivas y disuasivas en la paz; decisivas en la guerra y preeminentes en cualquier forma de conflicto. Para ello se requiere una asignación importante de recursos: modernos sistemas de armas, gran movilidad, tanto aérea como terrestre y marítima, de la que se carece actualmente, por desinterés, negligencia, incompetencia, o inexplicable ideología.
04/04/2024 a las 11:36 AM
«Los pueblos que han descuidado la preparación de sus fuerzas armadas, han pagado siempre caro su error, desapareciendo de la historia o cayendo en la más abyecta servidumbre» (General Perón dixit).
04/04/2024 a las 6:26 PM
Nuestras FFAA fueron destruídas quirúrgicamente por varios de los ultimos gobiernos. Todo, es obvio, con el comienzo del Juicio a las Juntas. Una barbarie para cualquier país del planeta. Lo grave que una gran parte de la población con su apoyo colaboró para que esto fuera posible.
Décadas no serán suficientes para hacerles retomar el prestigio del que alguna vez gozaron.
Menos mal que el Padre del Kakismo era militar; que si no seguramente más cruel hubiera sido su degradación; aunque a esta gente no creo que le importe nada de lo que aquí se expresa. Su proverbial ignorancia y complicidad lo aleja de ciertos objetivos. No sigo, por autocensura.