Por Paul Battistón.-
U$S 300 millones se necesitan, sin ellos vale poco la pena intentarlo. La puesta en conocimiento a través de la exposición es la segunda cuestión indispensable. La tercera, un bagaje de logros que pueden ser previos o mucho mejor si los mismos han servido para concretar o han sido coincidentes con el ejercicio de los dos años mínimos de exposición necesaria para activar la memoria emotiva de la masa.
Qué mejor emoción que brindar eso que tanto apasiona a nivel fanatismo como un título de campeón, que mejor exposición que estar al frente (o a las espaldas) de la marca más exitosa surgida de ese logro y que vendemos como sigla de una pasión desaforada que da todo por el fin. Esa sigla AFA se vende y se usa en todo el planeta.
Que te sequen la nuca cuenta como sorpresa y cuenta para la crítica pero peor sería que no contara. La exposición incluye que se hable bien o que se hable mal, lo que no suma es el silencio. Después habrá quien se encargue de convertir la transpiración de la nuca en exhalación del logro.
En un zoológico donde el señalado por el condenado veneno del fanatismo (en un balcón) es un comunista camboyano con OSDE, el pretendido de estadista un señalado por el anterior como merquero, el único en actividad un sovietizado enredado tanto en sus déficit personales como los de la provincia que gobierna y por último la promesa del interior (un derrotado con creces), en ese zoológico un emergente sería el único quien tendría posibilidad.
El Chiqui emergía desde la impunidad justo cuando le avisaron que la impunidad pasaba de moda.
Con su millones capaces de opacar a la distancia al estadista isleño (de Nordelta), con millones de superávit en su empresa estado (AFA) dejando en comparación ridícula al niño soviético de los déficits, con logros y triunfos festejados por la masa (a cecas y absolutamente transversal), ninguno de los intentos pasmosos del desbande peronista le podían hacer sombra.
Expuesto y sobreexpuesto a diestra y siniestra, maestro del 38 a 38, dios y padre de todos los desmadres reglamentarios, solo necesitaba la cuarta estrella. El vacío ya estaba listo para su irrupción, la aplanadora AFA en su éxito le tenía lo que alguna vez Duhalde tenía y le dio a Carlos Saúl de los llanos, el calor de la masa agitada. Esa que admira los logros medidos en verde
¿Necesitaba un secundante? La tristeza de Riquelme hubiera pasado por seriedad en ese antro de representación de provincias quejosas. Un vice triste como Dios reclama
Lo fusilaron a un paso del escalón 2026 ese que contenía en su curricular la llanura política y el desvió de la atención de la lógica a lo emocional, un desvío que el gobierno no se podía permitir.
Una apuesta al fracaso como disparo al pecho del Chiqui también era inviable, esa estrategia está prácticamente registrada por el peronismo.
Un gobierno libertario poseedor de un núcleo duro donde lo emotivo es superado por la lógica llevada a la defensa fanática solo puede apostar al éxito exagerado inclusive por fuera de la percepción del común de la gente. Contar con el fracaso ajeno es solo para el peronismo.
Mientras todos miraban su ombligo, el Chiqui emergía, hubiera sido una gran sorpresa repentina. Quien no miraba su ombligo era Javier Milei, miraba el arco contrario, lo que quedó plasmado en su serie de twits advirtiendo los goles 3-0, 4-0, 5-0.
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