Por Sebastián Dumont.-

La guerra desatada de carpetazos y escuchas telefónicas tiene un comienzo pero no se sabe cómo termina. Y en un año electoral los alcances son impensados, a punto tal que el arco político en general está en vilo sobre lo que pueda filtrarse o conocerse. En la provincia de Buenos Aires, donde los jefes territoriales discuten cómo armar sus estrategias, nadie descarta que pueda haber “carpetazos” sobre el pasado de muchos de ellos, sobre todo los más cercanos al kirchnerismo. Secuelas de una guerra que comenzó en 2014.

La historia de la pelea entre CFK y Stiuso ya es harto conocida y tuvo su desenlace a finales del 2104, cuando la ex presidente decidió poner a Oscar Parrilli y a Mena en la cúpula de la SIDE para desplazar al otrora poderoso jefe de operaciones de la secretaría Jaime Stiuso y a parte de sus colaboradores más cercanos. En esa barrida, por ejemplo, se fueron agentes de mucha trayectoria y experiencia que aún no pudo recuperarse con los nuevos cuadros, muchos de ellos militantes K. Fue así como en aquel entonces dejaron el organismo Santiago Vila, a cargo de la oficina de escuchas conocida como OJOTA. Sólo por mencionar un caso de muchos otros hombres con trayectoria y experiencia. El dato significativo fue que en aquel entonces, a Vila lo reemplazó Josefina Kelly, quien ahora trabaja con el intendente de Mercedes, Juani Ustarroz, hombre de La Cámpora vinculado a Wado de Pedro.

De todas maneras, se sabía que muchas escuchas se habrían seguido haciendo en el aparato de inteligencia que armó Cesar Milani, donde había participación de Fernando Pocino y hasta de Hugo Mazktin, el ex jefe de la bonaerense.

Los episodios de aquellos años, extraños todos, nunca fueron aclarados. La Muerte del Lauchón Viale, hombre de Stiuso o las balas sobre el auto de Javier Fernández, auditor de Nación y con fluidos vínculos en la justicia.

Aquellos enfrentamientos hoy están más vigentes que nunca. Y al parecer no se pude determinar a dónde llegarán. En las mesas políticas de la provincia de Buenos Aires aseguran que los “musimundos” -como se llama en la jerga de la inteligencia a la acumulación de grabaciones- pueden disparase para todos los sectores.

De hecho, hay quienes sostienen hace tiempo que intendentes del FPV no se animan a romper con CFK porque sospechan que hay información sobre sus movimientos cuando ocupaban cargos en el Estado nacional o provincial. También hablan de carpetazos a funcionarios actuales de la provincia de Buenos Aires. Uno de esos casos sería sobre un hombre de Edgardo Cenzón en el ministerio de Infraestructura bonaerense llamado Pablo Gaitán, quien estuvo procesado por el caso de Fernando Niembro en la ciudad de Buenos Aires y su crecimiento patrimonial estaría en la mira. Desde su casamiento hasta un supuesto departamento en Cavia y Libertador serían parte de este entramado dudoso. Y se trata sólo de un ejemplo. Como se ve, en esta guerra de carpetas y escuchar, nadie puede asegurar cómo terminará.

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