Por Israel Rabinowicz.-

Y llegó el día, Bar Rafaeli se casó, contrajo matrimonio, por lo menos en los papeles ya dejó de ser de todos para ser de uno solo. Durante algunas horas nadie habló de política, recién dentro de algunos días comenzará a preocupar y analizarse el sentido de las maniobras militares que la marina rusa realiza en la zona en apoyo al Presidente Assad, la mini intifada en Jerusalén pasó a segundo plano, a quién importa que ya son casi 3 meses que el gobierno no puede encontrar a quien designar como Jefe de la Policía, que la misma está acéfala, nada importa, se casó Bar Rafaeli.

Los casi 500 invitados, yo no estuve entre ellos, debieron pasar por un verdadero martirio previo, las medidas de seguridad más exigentes con la intención que no se filtre ninguna toma fotográfica, el espacio aéreo sobre el fastuoso hotel Bosques del Monte Carmel custodiado para evitar sorpresas con los globos aerostáticos y muchas otras alternativas tecnológicas, todo un operativo militar.

Dicen que la fiesta fue completa, ojalá que la alegría de los invitados no se viera afectada con las informaciones de los mercados bursátiles mundiales en baja, en caída libre, los grandes financistas presentes habrán podido soslayar el tema para dedicarse solamente a disfrutar. ¿Se habrá hablado sobre las demandas colectivas que por miles de millones de dólares los grandes despachos de abogados están preparando contra Volkswagen? ¿Qué habrá sido más fuerte, hacia dónde se inclinó la balanza?

Como no podía ser menos, la exclusiva de la ceremonia religiosa y la fiesta comercializada por varios millones de dólares serán donados a instituciones de bien público, el dinero dejó de ser un objetivo, luego habrá mucho tiempo para seguir multiplicándolo, ambos tienen la suficiente capacidad e inteligencia para ello.

Es conocido su especial cariño por España y por el club Barcelona en particular, las explosivas fotos en el palco del Camp Nou con algunos de sus famosos jugadores dieron vuelta al mundo, los celos de novias y esposas fueron picante material para las revistas del corazón.

Arturo Mas, Junqueras y los independentistas en Catalunya debieron haberla contratado como imagen, al alcance de la mano tenían el mejor diamante ganador.

El que seguramente no la desaprovechará será Netanyahu, a partir de ahora lo acompañará en todas sus giras políticas, el 9 de Noviembre frente a Obama, mientras Bar Rafaeli cruce sus piernas y se le desprenda el botón superior a su blusa al Presidente Obama se le cruzarán los ojos, de allí en más con su mente nublada todo estará a favor de Bibi, le dirá sí a todo…

Hoy se conoció que Abdalá II, el Rey de Jordania, rechazó un encuentro secreto con Netanyahu por el tema de los enfrentamientos en Jerusalén, ahora con Bar Rafaeli como embajadora y acompañante se atreverá nuevamente a decir no, lo dudo.

¿Cuáles serán las credenciales que Bar Rafaeli exponga ante los diferentes Jefes de Estado, serán diferentes para Scioli, Macri o Massa, para el Presidente Santos de Colombia o para el Presidente Correa de Ecuador, para con Cameron o Putin, o con el atrevido y siempre listo François Hollande? ¿Cómo reaccionará Sara Netanyahu, querrá también ser embajadora especial? Estamos frente a un grave problema de estado, mujeres de por medio, con final imposible de predecir.

Ella todo lo puede, ahora hay que esperar 9 meses para el nuevo show.

Hasta la próxima.

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