Por Armando Ribas.-

Cada día me sorprende más la aparente preocupación mundial por la situación en Venezuela en tanto que se ignora la pobreza y la falta de libertad en Cuba en manos de los dictadores más sangrientos que ojos humanos vieran en nuestro continente. Y no olvidemos que queda uno de ellos, que se llama Raúl. Todos los males que padece hoy Venezuela son la consecuencia de seguir los pasos agigantados que sufriera el pueblo cubano y que padece hasta el presente. La diferencia con Venezuela es que en la misma ha surgido una oposición que en Cuba a la llegada de Castro no existía pues ya sabíamos que Eisenhower apoyaba a Fidel y por ello le pidió a Batista que abandonara la isla. Así lo reconoció Earl T. Smith, ex embajador de Estados Unidos en Cuba a la llegada del “26 de Julio”. Y por ello los propios militares de Batista apoyaron a Fidel Castro, hasta que comenzó la matanza de todos los disidentes. En Venezuela todo parece indicar al respecto que la oposición carece del poder para lograr la eliminación del régimen totalitario de Maduro.

No puede menos que sorprenderme y aún más preocuparme la situación generada por la izquierda, en la cual los terroristas que la representan son aparentemente considerados idealistas, en tanto que los que los matan para impedir el totalitarismo son considerados genocidas. No hay caso más evidente de esa situación que el contrate ético político entre Fidel Castro y Pinochet. De no haber sido por Pinochet Chile hubiese sido la segunda Cuba en el continente, bajo la égida de Allende. Y al contrario de Fidel convirtió a Chile en la economía más próspera al sur del continente y un ejemplo para América Latina, recuperando su situación económica. Asimismo, se ignora que a la llegada de Fidel Cuba era la economía más avanzada de América Latina, y hoy compite con Haití por el nivel de pobreza.

En una reunión reciente de la CELAC el presidente de Santo Domingo detuvo su discurso para pedir un minuto de silencio para recordar la figura señera de Fidel Castro. Y por supuesto se ignora el dolor causado a miles de cubanos muertos y a sus familias. No puedo menos que recordar una vez más las palabras de José Martí: “Ver cometer un crimen en calma, es cometerlo”. Y tal es la situación ante la que nos encontramos frente a la ignorancia de los crímenes de los Castro con el Che Guevara mediante, y así como la falta de libertad vigente en Cuba.

En Argentina, con la llegada de los Kirchner se violó un principio fundamental del derecho penal: “Nulum crimen sine lege” y se aprisionaron a los militares que habían tomado el poder en la década del 70, cuando el Che Guevara pretendía desde Bolivia integrar a Argentina a la revolución cubana. Por el contrario a los terroristas que ponían bombas en los cines y constituían una amenaza a la libertad, se les dio una compensación y hoy siguen libres.

Pero volviendo a la relación con Estados Unidos, Obama llegó a un acuerdo con Raúl Castro y a su salida del gobierno derogó la disposición referente a los cubanos-pies secos. Recordemos que esa disposición fue tomada en compensación del reconocimiento de que Cuba estaba en la órbita soviética por el acuerdo de Kennedy con Krouchew durante la crisis de los misiles. La derogación de la misma también fue tomada en cumplimiento de la voluntad al respecto de Raúl Castro. Trump durante su candidatura había propuesto la derogación del acuerdo con Cuba, pero hasta la fecha no ha tomado ninguna decisión al respecto. Y nuevamente en contraste de la política con Cuba y con Venezuela, ahora se acusa al vicepresidente de Venezuela de participar del narcotráfico. E igualmente se ignora la participación evidente de Fidel Castro.

La posición política de Estados Unidos con Cuba y Venezuela entraña un contraste lamentable en la política internacional. Nadie pretende negar la situación de Venezuela y la falta de libertad y la pobreza causada por la política de Chávez y de Maduro. Pero tampoco me cabe la menor duda al respecto de que la política de Maduro no es más que convertir a Venezuela en la segunda Cuba del continente. Pero Maduro tiene un antecedente político fundamental en Venezuela de Simón Bolívar. Es evidente que Bolívar estaba en contra del sistema político americano, y políticamente dijo: “Jamás la división de poder ha establecido y perpetuado gobiernos. Solo su concentración ha infundido respeto para una nación y yo no he liberado a Venezuela para implementar ese mismo sistema”. Así igualmente se ignora que independientemente del acuerdo con Raúl Castro la situación de Cuba no ha variado. Es decir continúa el mismo régimen y la falta de libertad de los cubanos. Se pide internacionalmente que se liberen a los presos políticos en Venezuela, en tanto que inclusive el director de la OEA, Almagro ignora a los presos políticos en Cuba.

Al momento de escribirse estas líneas se ha producido un hecho sorprendente, ante la realidad histórica a la que nos hemos referido. Respecto a Cuba. La hija de Oswaldo Payá, Rosa maría Payá quien tiene una fundación por la libertad en Cuba, organizó una reunión en la Habana para otorgarle el premio Oswaldo Payá al Secretario General de la OEA, Luis Almagro. También se otorgaría un premio póstumo al ex presidente de Chile Patricio Aylwin, que sería recibido por su hija Mariana. El gobierno cubano prohibió la entrada en la Habana a Ambod Imbiysfpd así como a otras figuras políticas del continente también invitadas. Esa decisión permitió una reunión de presidentes latinoamericanos en la que se reprochó la decisión del gobierno cubano y hasta se acusó a Cuba de falta de libertad. Al fin parece que nos dimos cuenta del contraste y esperemos una política adecuada para devolver a libertad en Cuba. O sea eliminar el contraste y reponer el desastre.

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