Por Carlos Tórtora.-

Casi sin diferencias, las principales cancillerías de Europa dan por hecho que Vladimir Putin ya puso en marcha el mecanismo destinado a invadir a Ucrania y que sólo es cuestión de días para que se inicie la guerra, probablemente con el avance ruso sobre Kiev. La crisis sorprende a la cancillería argentina en medio de un juego pendular en el que Argentina avanza en su negociación con el FMI mientras coquetea con China y Rusia. En el caso de esta última en particular, el presidente dijo en su reciente visita a Moscú que anhelaba que Putin pudiera ser un factor decisivo para que la Argentina fuera menos dependiente de los EEUU. Está claro además que dicho viaje a Moscú no agradó en Washington.

El interrogante ahora es qué hará Santiago Cafiero si hay guerra y Washington y Moscú cortan relaciones. Persistir en el acercamiento a Putin en este contexto parecería suicida, ya que la Casa Rosada se expondría a severas sanciones por parte del gobierno demócrata. Las mismas podrían implicar sanciones comerciales severas, ya que Joe Biden no admitiría que ningún país democrático brinde apoyo al esfuerzo militar de una autocracia.

Realpolitik

La otra posibilidad -la más lógica- es que la cancillería argentina baje considerablemente el perfil y evite cualquier reunión con los rusos, las relaciones con los cuales quedarían congeladas hasta que se defina el conflicto en Ucrania. Tampoco se descarta, aunque es menos probable, que Alberto Fernández dé una voltereta y se muestre como un firme aliado de los EEUU en la crisis. Puede tratarse de una cuestión de oportunidades, ya que Jair Bolsonaro aparece estrechamente ligado a Putin.

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