Por Israel Rabinowicz.-

El Primer Ministro griego Alexis Tsipras y sus visitas a Israel.

Durante muchos años, el pacto estratégico económico y militar entre Turquía e Israel era lo más firme, sólido, estable y cuidado; ambos conocían la importancia que el mismo significaba.

En lo militar, para Israel era fundamental, además de ser Turquía la principal potencia de la zona, su poderosa fuerza aérea está basada igual que la de Israel en los aviones F16, la sumatoria en planes y objetivos era fundamental para la estabilidad global. Era muy conocido que en lo militar llegaron a intimar en temas de alta sensibilidad, dada la estrechez del territorio propio para la fuerza aérea de Israel utilizar el espacio aéreo turco en sus entrenamientos individuales o ejercicios militares conjuntos era clave, con Irán como objetivo final siempre Turquía tenía un papel central, además era la salida obligada hacia Europa.

Pero algo cambio en la mente de Tayyip Erdogan; el hombre fuerte de Turquía, alternativamente como Primer Ministro o Presidente, de repente comenzó un giro hacia el islamismo y la religiosidad, una zigzagueante política exterior que lo llevó del intenso amor a una ruptura de relaciones, del mejor amigo de repente en sus labios Israel se convirtió en su peor enemigo, llevado posiblemente por necesidades políticas internas la situación se le escapó de las manos. Ahora todo indica que el sentido común comienza a retornar, las relaciones diplomáticas a punto de normalizarse, en el medio Erdogan abrió muchos frentes conflictivos, Siria, Rusia, Kurdos, ya nada es igual para Turquía, por ello regresar a la amistad con Israel se convierte en política de estrategia mayor.

Cuando hace poco más de dos meses el Primer Ministro griego visitó por primera vez Israel muchos aquí se sorprendieron, los cogió de sorpresa, a mis seguidores los invito a releer algunos de mis anteriores comentarios, en ellos ya anticipaba que la caída de la sociedad con Turquía obligaba a Israel a buscar nuevas alternativas estratégicas, Grecia era una de ellas, a pesar que ideológicamente son como el agua y el aceite, los intereses estratégicos priman sobre ellos, el Primer Ministro Griego dio claras muestras de ser un hombre pragmático.

Hace pocos días, esa visita se repitió ahora acompañado por seis de sus ministros, clara indicación que el avance e interés era espectacular, profundo, en nada repercutía que el primer ministro izquierdista de Grecia es heredero de una larga tradición de apoyo a la causa palestina en Grecia, repito, la unión no obedece a razones ideológicas, sino a los intereses estratégicos de ambos países en el Mediterráneo oriental. Es claro que éste acercamiento entre Grecia e Israel fue clave en el cambio de posición por parte de Turquía, le nació un fuerte competidor en su relación con Israel.

Como demostración que todo va muy en serio y de la importancia que Israel le asigna, solo 24 horas después del encuentro en Israel, Netanyahu se traslada a Nicosia, un tríangulo que incluye al presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, punto central de las conversaciones las ingentes reservas de gas en la región, cerrar un acuerdo para que el mismo llegue a Europa.

Si Netanyahu invirtió 3 días de su tiempo, incluyendo su desplazamiento a Chipre, clara señal de la importancia que el tema tiene para Israel, una nueva ventana de aire fresco.

Durante su estada en Israel el que estas líneas escribe solamente dos preguntas le formuló a Tsipras, ninguna de ellas relacionada a la visita; fueron menos de tres minutos en donde la sorpresa de los temas se percibió al instante. Sobre una de ellas será motivo de una de mis próximas notas; con la otra, lo consultaba si como devolución de atenciones espera ansioso la llegada del verano para que los millones de refugiados que se concentran en Siria se movilicen hacia Europa, un envenenado regalo que puede convertirse en el tema del año.

Una pícara sonrisa, una palmada y un fuerte apretón de manos como única respuesta.

Hasta la próxima.

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