Por Luis Alejandro Rizzi.-
Según una definición que encontré navegando, “un swap de monedas es un mecanismo por el cual dos agentes (gobiernos, bancos, empresas) se comprometen a cambiar divisas o dinero en ciertas fechas. Esto, inicialmente, servirá para engrosar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA)”.
Otra definición dice más o menos lo mismo: un swap en trading se refiere a un intercambio de flujos de fondos o una comisión que se cobra o se paga al mantener una operación de trading abierta de un día para otro. Es un concepto fundamental en el trading de divisas (Forex) y se basa en la diferencia entre las tasas de interés de las dos divisas involucradas en una operación.” Habría que agregar eventuales diferencias de tipo de cambio, que se contemplan en la tasa de interés.
Es fácil de entender.
Sabemos, aun sin detalle, que el Tesoro de los EEUU -UST- vendió unos “cien” millones de dólares el pasado jueves 9 para mantener al tipo de cambio entre las bandas de flotación dispuesta por el Banco Central.
En los hechos, el UST -Bessent- compró pesos por valor de cien millones de dólares, dando comienzo al swap, que sería de 20 mil millones de dólares y su equivalente en pesos.
Luego de la “operación”, Bessent sostuvo que el tipo de cambio “está infravalorado” y “No es un rescate en absoluto. Es comprar barato y vender caro”. (sic)
Parecería que para Bessent el gobierno debería continuar revaluando nuestro “peso” y mantener las retenciones, que sería el sutil modo de satisfacer a los “farmers” norteamericanos, en perjuicio de los nuestros.
Pero como Bessent también dijo que compra barato para vender caro, si el peso se sigue revalorizando, con menos pesos comprará más dólares, es decir es un modo elegante de “fugarnos dólares”, con lo cual se incrementa nuestra deuda externa.
Pero si el gobierno desobedeciera y devaluara nuestro peso, también ganaría el UST, porque con la misma cantidad de dólares debiera reintegrar más pesos.
Se trata de una operación sin riesgo para el Tesoro de los EEUU y con un costo para nuestro país, salvo que la paridad cambiaria se mantuviera durante el plazo del swap; en este supuesto sólo existiría el costo financiero por el uso del dinero.
En este caso el país perdería en su competitividad internacional, ya que las importaciones superarían a las exportaciones y se encarecería el costo de vida de la gente. En una palabra, subsidiaríamos a los más ricos y el turismo emisivo, entre otros males.
Perderíamos competitividad.
En esta línea de razonamiento, es posible que Trump nos baje los aranceles de importación, porque usaría el tipo de cambio como barrera “pararancelaria”.
En este punto parecería que se bifurcan los caminos del UST y del FMI, ya que el primero piensa con mentalidad “proteccionista” y al FMI, integrado por varios países -entre ellos China-, le interesa cobrar y para eso Argentina debe generar dólares, que es lo que no parece convenirle al “Trump friendly”.
Con salvatajes así, el dolor se convierte en padecimiento crónico.
Votar a los candidatos del gobierno es avanzar al “padecimiento crónico”. Llegaremos fatalmente al 2027 con más deuda y menos posibilidad, ya no de pago, sino de “rollover”.
13/10/2025 a las 1:20 AM
ESTE PLAN ENTRE CAPUTO Y BESSENT, SE COMPLEMENTA CON LA FIRMA DE UN TRATADO DE LIBRE COMERCIO.
EN ESE CASO EL SWAT PODRA SER UTILIZADO POR FIRMAS PARTICULARES Y NO POR TRANSACCIONES DE ESTADO A ESTADO.
ES BENEFICIOSO POR DONDE SE LO MIRE, ADEMAS DE NO GENERAR INTERESES DURANTE SU USO.