Por Luis Alejandro Rizzi.-

En la Argentina somos desmesurados, para lo bueno, lo regular y lo malo, y los resultados de las elecciones de la Provincia “inviable” -como dice Jorge Asís- se están leyendo desde marchas hacia lo desconocido o por tierras incógnitas -Pagni- o frente a derrotas contundentes -Morales Solá-, todo esto con relación a una elección en la que el gobierno nacional -Milei- no participó.

Nadie podrá decir que el fin de semana pasado River o Boca perdieron, porque Vélez Sarsfield ganó una supercopa el sábado.

Es cierto, se nacionalizó la elección, pero no se votó ni por Milei ni por Kicillof.

En la elección la gente votó por diversas opciones y “Fuerza Patria” logró la mayor cantidad de votos generales y LLA quedó segundo a 13 puntos.

Ahora vienen las interpretaciones del resultado.

Comparando con las elecciones de octubre de 1923, LLA, avanzó 8 puntos, contra 4 del “peronismo”, esta vez con la marca “Fuerza Patria”.

Me animo a decir, sin simpatizar con la persona de Milei y su hermana “maravilla”, que LLA, como partido, hizo una muy buena elección en un territorio hostil y con el peso de una gestión económica con buenas intenciones pero pésima praxis y resultados cuando menos abstractos para el bolsillo de la gente.

En las matemáticas del resultado, no retrocedió, avanzó 8 puntos. Como dije, nacionalizando el resultado hizo una mala, muy buena elección. Mala porque perdió, pero muy buena porque creció desde octubre del 23 más de un 30%.

Si algún delirante -Milei- pensó que podía pintar la provincia de “violeta”, es porque aún no estaba avivado, sigue creyendo en la cigüeña o que lo chicos vienen de París.

Yo, como hincha de River, no creo que se le pueda ganar al Palmeiras los próximos 17 y 24, pero me conformaría con no pasar papelones. Puede ganar, está dentro de lo posible, pero no es lo probable.

Pienso que, si hubieran confrontado Milei contra Kicillof, no me animo a decir y menos pensar que el resultado hubiera sido el mismo.

La elección de la provincia, una encuesta de lujo, ratifica la teoría de los tercios. Hay un tercio “peronista”, otro de LLA, que parece consolidado y otro “boyante”, que es el que decidirá las elecciones de octubre.

El tercio de LLA es ese segmento social que acepta el modo “militar” de gobernar mediante vetos y DNUs, ve en LLA un partido militar, pero civil, eso es lo grave.

Pero el otro tercio peronista tampoco es devoto de las formas republicanas, a tal punto que Kicillof dijo que “Cristina debería estar libre”.

La “cuestión” es que estos dos tercios no tienen espíritu republicano.

El gobierno tiene la mano tendida por Kicillof, pero con destreza en los modos y respeto en las formas, el gobierno debería gestar, mediante el Jefe de gabinete, un acuerdo en el congreso, sobre la base de un mini presupuesto para estos 90 días, que contemple casos extremos como el de los jubilados, que no solucionará el tema previsional, sino que mostrará un mínimo de sensibilidad hacia el segmento social más indefenso de la vida, el ocaso. La propuesta podría ser la inclusión del bono en el haber previsional actualizado en la suma de $ 110.000,00 de modo que integre el próximo aguinaldo, que podría incrementarse en un 25%. El otro tema, negociar la reforma de la ley 26122, para terminar con el abuso de los DNU y, como excepción, prorrogar las sesiones ordinarias hasta el 10 de febrero próximo.

Se deberá negociar el presupuesto 2026 y 2027, para garantizar la continuidad de lo que se defina como prioritario y completar la designación de los cargos vacantes en la Corte y en los demás tribunales inferiores.

Este acuerdo ayudará a tranquilizar la economía, cobarde por definición.

En una segunda etapa, después del 26 de octubre, habrá que intentar ponerles fin a los juicios en trámite y pagar las deudas pendientes en plazos de entre quince a 20 años.

A partir de ese momento podríamos ingresar a la categoría de “cuasinormales”.

Para la normalidad faltan años.

En el Senado y en Diputados hay personas con capacidad y margen de negociación a las que deberá recurrir no sólo Milei, sino los 24 gobernadores.

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