Por Carlos Tórtora.-

Como veníamos anunciando, el cierre de listas de candidatos para las elecciones provinciales del 7 de septiembre está siendo uno de los más complicados de la historia.

Y hay que decir está siendo, porque dos misteriosos cortes de luz en edificios vitales para la presentación de listas hicieron que la Junta Electoral prorrogara el plazo de presentación de candidatos hasta hoy a las 14.

Pero ya se pueden sacar algunas conclusiones. La maltrecha alianza entre LLA y el PRO no sale indemne de esta lucha interna. Para empezar, la fuga de media docena de intendentes del PRO hacia Somos Buenos Aires y otras agrupaciones deja expuesta una fractura en el partido amarillo que seguramente va a tener protecciones estratégicas en la política nacional. Ahora hay dos PRO, el que está siendo absorbido por LLA y el que se resiste.

Segunda conclusión: la lucha entre Karina Milei y Santiago Caputo excede ya los límites de una compulsa interna para convertirse en una crisis del poder. La exclusión de las Fuerzas del Cielo de las listas libertarias y las acusaciones cruzadas sobre negociados de ambos grupos indican que Javier Milei sencillamente no puede controlar la situación y que está asistiendo impotente a una guerra abierta entre sus dos personas de confianza. Algo que deja en claro la escasa capacidad del presidente para controlar el gobierno.

Por último, el gobierno se quedó sin sorpresas importantes para llenar las listas provinciales y recurrió en general a personajes menores. Las candidaturas a senadores de Diego Valenzuela en la Tercera Sección y Guillermo Montenegro en la quinta son tal vez lo más destacado en este panorama pobre.

Kicillof, un paso al frente

En Fuerza Patria la tensión interna no cedió en lo más mínimo. Pero en las negociaciones finales se advierte que el poder real de Axel Kicillof como gobernador se fue imponiendo a los decadentes esfuerzos de La Cámpora. Las senadurías de la Primera y la Tercera sección quedaron para Gabriel Katopodis y Verónica Macario, en nombre del Movimiento Derecho al Futuro.

El gobernador, obligado a responder a las pretensiones de los 47 intendentes que lo respaldan, habría habilitado a algunos de ellos a que presenten listas cortas por fuera de la alianza, ante la imposibilidad de acordar con La Cámpora en sus distritos. Para el círculo de Cristina Kirchner, la acumulación de bancas de diputados y senadores provinciales es una necesidad imperiosa. Si Kicillof avanzada demasiado, el cristinismo podría quedar cada vez más debilitado en el único distrito que todavía controla, aunque sólo a medias.

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