Por Carlos Tórtora.-

A una semana de que se vote en Buenos Aires, el resultado parece cantado: LLA perdería por alrededor de 5 puntos. Una derrota que no debería ser para Javier Milei ninguna catástrofe, excepto por tres factores. El primero es que él mismo, con su impericia política, convirtió esta elección en una cuestión de vida o muerte y este melodramatismo ahora lo va a pagar caro. El segundo factor es que el resultado del próximo domingo puede levantar una ola de exitismo peronista que lleve a que el 26 de octubre la diferencia se duplique. Por último, la imagen de un presidente desesperado huyendo de la furia popular durante una caravana de campaña estaría teniendo un efecto desolador sobre la economía. Milei se fue degradando como jefe de estado y, para los mercados, el que gobierna, pero en declive, es Luis Caputo.

Volviendo a la coyuntura, lo que queda por saberse es si en el cierre de campaña puede haber alguna sorpresa significativa que tenga alguna importancia electoral. Nuevos audios en el Karinagate y la aparición de más casos de corrupción no modificarían sustancialmente la situación actual. Y a esta altura es muy poco probable que Milei pueda sacar algún conejo de la galera que le devuelva los votos que se le están yendo. Tal vez la única medida exitosa que podría tomar sería echar a Karina del gobierno pero esto es impensable.

La marea sube en La Plata

Del lado peronista tampoco cabe esperar sorpresas. Los candidatos de Fuerza Patria no se lucieron para nada en materia de propuestas, pero supieron explotar la angustia social por la caída del consumo y la pauperización.

Paradójicamente, con una victoria moderada del justicialismo, la principal derrotada sería Cristina Kirchner, que por algo no se molesta en convocar a los peronistas a que voten. El triunfo sería para Axel Kicillof, que sostuvo el desdoblamiento electoral contra viento y marea. Y está por comenzar la etapa final del poscristinismo. La Cámpora y Máximo Kirchner marchan hacia el ostracismo, porque ni Sergio Massa ni el emergente Juan Grabois seguirán atados a los dictados de la expresidenta.

En este sentido, el recuento de votos del próximo domingo marcaría un cambio trascendente en el mapa político. Se aceleraría el vaciamiento político de Milei y surgiría en el peronismo un candidato presidencial fuerte, con chances de conseguir lo que no pudieron Antonio Cafiero ni Eduardo Duhalde: ser electo presidente siendo gobernador de Buenos Aires.

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