Por Oscar Edgardo García.-

La caballerosidad que demostró Mauricio Macri felicitando a Javier Milei por el triunfo logrado en las elecciones legislativas del último domingo se contrapone con las conductas que tuvo el Presidente de la Nación durante el Tedeum realizado con motivo de la fecha Patria al ignorar deliberadamente el saludo que con su mano extendida le hizo voluntariamente Jorge Macri, así como también la presencia de Victoria Villarruel, nada más ni nada menos que la Vicepresidente del país.

Una vez más ha manifestado públicamente sus ya conocidas desavenencias políticas con la Señora Villarruel, así como también con el jefe de Gobierno porteño, quienes al margen de ello se mostraron respetuosos y condescendientes con su presencia, tal como era requerido recíprocamente por la importancia del evento patriótico del que participaban.

Lamentablemente el Primer Mandatario no considera que estos actos insensatos e irracionales desvalorizan su investidura presidencial y no reflexiona que debe evitarlos para recibir el respeto ciudadano que él desea.

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