Por Carlos Tórtora.-

Es extraño que un gobierno como el de Javier Milei, obsesionado por manipular la opinión pública, haya cometido los errores que cometió esta semana. La puesta en evidencia del pacto libertario con Cristina Kirchner llegó esta semana a un nivel obsceno de exhibición con el fracaso de las sesiones de Diputados para tratar los proyectos de ley de Democratización Sindical y sobre todo el de Ficha Limpia; dejaron todo a la vista y generaron un fuerte sentimiento de rechazo que los medidores del día a día de la opinión pública registraron rápidamente. Así es que Milei, el que llegó al poder para terminar con el kirchnerismo, apareció de repente transfigurado en el socio de Cristina Kirchner, montando ambos la farsa de su pelea cotidiana y así polarizar la política.

El pacto no es sólo políticamente inaceptable, sino que implica una subestimación grosera de la capacidad de los argentinos para captar la realidad.

Para el presidente, los riesgos de este escenario son importantes. Esto es la alta probabilidad de una fuerte caída en las encuestas y el surgimiento de opciones antipacto, que ya se vislumbrando en los discursos de Juan Manuel López de la Coalición Cívica y de Silvia Lospenato por el PRO.

No hay salida fácil

Acosado por el rechazo a su acuerdo con Cristina, Milei tuvo una reacción al comunicarse con Lospenato y proponerle la idea de un nuevo proyecto de Ficha Limpia. Pero se trató sólo de un pequeño gesto aislado. UxP amenaza con no votar la continuidad de Martín Menem en la presidencia de Diputados si el gobierno insiste con Ficha Limpia. El kirchnerismo, ávido por reconquistar poder, ya ve la posibilidad de negociar un Procurador General de la Nación aparte de la designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema de Justicia.

De hecho, el presidente va probablemente por un camino sin retorno.

Su pacto con CFK le permitirá eliminar las PASO y absorber así a la mayor parte del PRO y buena parte de la UCR. Pero puede pagar un alto precio en las encuestas.

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