Por Claudio Izaguirre.-

Emilio Ruchansky es el hombre destinado, por la Logia que formó hace años Horacio Verbitsky, a perseguirme de todas las formas posibles, utilizando sus contactos mediáticos, y su pluma no sólo en Página 12 sino también en THC, la revista dedicada a introducir en las drogas a los adolescentes argentinos.

Esta Logia, que se ha dedicado a destrozar públicamente a todos aquellos que nos dedicamos a combatir las drogas de todas las formas posibles, hemos sido atacados y difamados en forma permanente.

Buscaron en mí cualquier tipo de falencia, inclusive Emilio Ruchansky junto al Juez Federal de Mar del Plata Roberto Atilio Falcone, intentaron mezclarme con la última dictadura militar investigándome como terrorista de Estado, cosa que reconoció el Magistrado ante el Consejo de la Magistratura.

El caballito de batalla que encontró Emilio Ruchansky para tratar de ensuciarme en los distintos espacios políticos es tildarme de NAZI, así convenció a los asesores de distintos diputados nacionales quienes repiten como loros la especie.

El primero que me llamó NAZI fue Eugenio Raúl Zaffaroni, que también es parte del grupo Verbitsky, en oportunidad de mi impugnación a su postulación para la Corte Suprema de Justicia. Quien en aquellos días le tapó la boca fue mi hijo David con una carta de lectores difundida en varios medios y que hoy dejo al pie de esta misiva. Zaffaroni sin argumento alguno por esa carta pública que mi hijo con 14 años de edad escribió.

Resulta ser que el inepto periodista y confeso consumidor de drogas, ha venido repitiendo ésta estúpida afirmación a pesar de saber que hace 32 años que estoy casado con una hermosa judía de ojos negros y que nuestros hijos por ser hijos de vientre judío, son judíos.

Podría, el inepto periodista de Página 12, haber hablado con la mamele, mi suegra, y se hubiera sacado cualquier duda al respecto; pero prefiere la difamación para intentar frenar mis acciones en pos de la prevención y la asistencia del enfermo adicto.

Aclaro que su actitud, valiéndose de su posición en un medio de comunicación de tirada nacional, difama arteramente a sabiendas, convirtiendo en cómplice de tal delito a la editorial que le brinda un trabajo que no honra. Simplemente un muchacho confundido por su adicción y usado por quienes desean una argentina de droga libre.

Carta al Señor Eugenio Zaffaroni

Buenos Aires, julio 18 de 2003

MI PAPÁ NO ES NAZI

Hoy leí en el diario que el Dr. ZAFFARONI dice que todos los que lo han criticado son NAZIS, creo que va a tener que pedirle disculpas a mi papá, a mi mamá y a nosotros.

El señor no sabe el daño y la bronca que causó en mi casa, no a mi papá, sino a nosotros, para que sepa mi papá se caso con mi mamá hace 17 años, mi mamá es judía y nosotros sus hijos también somos judíos por ser hijos de vientre judío.

Además, mis padres me pusieron dos nombres, me pusieron David por el Rey de los Judíos y Pedro sobre el que Jesús dijo «sobre esta piedra construiré mi iglesia».

Yo soy la unión de dos ideas religiosas que se unieron por el amor.

Mi papá no es nazi señor, mi papá es inteligente, honesto, bueno pero no es nazi. Hay veces que se levanta de la mesa cuando estamos comiendo porque algún drogadicto lo llama para pedirle ayuda, es el único que veo que lucha en serio contra las drogas y me da mucha bronca que usted lo trate como un nazi, usted nunca vio un nazi ni le contaron que hacían los nazi, usted tiene que admirar a mi papá por lo que hace y si mi papá lo critica es porque siente que usted traerá caos y muerte por como piensa.

Mi papá no es nazi, mi papá es lo más grande que hay.

David Pedro Izaguirre*

DNI 34.028.855

* Es hijo de Claudio Izaguirre el Presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina que impugnara la designación de Zaffaroni como miembro de la Corte Suprema de Justicia.

Share