Por Claudio Valdez.-

Frase popular que describe el fenómeno que se produce por el encierro de estos felinos dentro de un espacio de esa característica; “manotazos, patadas, aullidos y rasguños” son consecuencia inevitable.

En verdad ninguno de “esos gatos” termina demasiado lastimado. Curiosidad de este tipo de “entreveros” que puede transferirse a la conducta de los “políticos profesionales” y con mayor certeza a los de La Argentina en tiempos electorales. Mientras tanto los gobernados parecieran no tomar conciencia de que la proliferación de estos “partidócratas” es una de las causas de los males padecidos por la nación desde hace décadas.

Políticos profesionales, tanto como empresarios, inversores, sindicalistas y “referentes sociales” prebendados resultan voraces oportunistas; confirmados “veteranos en la estafa de la fe pública” sin dejar de considerarse a “sus cachorros” (jóvenes herederos de renombres políticos, empresariales o sindicales) siempre listos para “ejercitar sus prematuros colmillos”. ¡Las evidentes manipulaciones desde el “aparato estatal” y los arreglos de profusas candidaturas electorales así lo confirman!

Este panorama junto a las jactanciosas declamaciones del gobierno y aspirantes a candidatos por el logro de transparencia, honestidad y justicia no prefiguran un “ambiente acorde” para colocaciones de capitales y otros intereses. Pareciera “incomprendida paradoja” que las inversiones extranjeras y locales son estimuladas cuando la corrupción estructural y del Estado las promueve y protege. No deja de asombrar entonces, que se insista con expectativas de inversiones desde el exterior y particularmente con la llegada de “inversiones de riesgo” extranjeras. Ingenuo es empecinarse en ignorar que la corrupción es cómplice posibilitadora de la distribución de incrementadas “comisiones”, retornos, dividendos y ganancias excepcionales, que son la habitual demanda de cualquier inversor. Los gobiernos en ejercicio parecieran estar asesorados por idiotas y ser desempeñados por desesperados funcionarios que, a pesar de conocer la situación, continúan mintiéndole a la ciudadanía. ¡La intervención del Estado no está en capacidad de regular a favor del bien público este tipo de operaciones!

El Estado siempre puede normar emitiendo inacabables “Leyes”, pero en su aplicación la corrupción las esteriliza: “La ley se hace para todos,/ Mas sólo al pobre le rige./ La ley es tela de araña,/ En mi inorancia lo explico./ No la tema el hombre rico;/ Nunca la tema el que mande,/ Pues la ruempe el bicho grande/ Y sólo enrieda a los chicos.” (Martín Fierro. Verso 6556).

“Martín Fierro” es obra literaria gauchesca de José Hernández (1834-1886). Poeta y político de la provincia de Buenos Aires que supo plasmar en su obra la experiencia atesorada por su intensa actividad pública… ¡En la “bolsa de gatos” de su tiempo!

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