Por María Delicia Rearte de Giachino.-

Al Sr. Presidente de la Nación y Comandante en Jefe de las FFAA

Ing. D. Mauricio Macri

De mi mayor consideración:

Emulando a la «nunca bien ponderada» ex presidente, me atrevo a escribirle esta carta pública, que no tendrá la misma suerte que la de ella, porque seguramente no llegará a sus manos, la prensa gráfica, radial ni televisiva no la desmenuzará y entrará honrosamente en la emblemática categoría del «derecho al pataleo…»

¿Por dónde empezar con mi «profundo desagrado»? Tal vez por los medios de comunicación, la vedette de los tiempos que corren y que han convertido a señores y señoras periodistas, aunque aprendices, en médicos, abogados, sociólogos, veterinarios, filósofos, psicólogos, economistas y toda otra profesión que les permita hablar, hablar y hablar de todo y de todos alimentando el morbo popular que cada día pide más, llegándose a extremos realmente alarmantes físicos, psíquicos, intelectuales, de todo orden… Ya no se informa; se opina, se tergiversa, se eleva y se desfenestra…

Pero lo que me provoca «profundo desagrado» es el poco o nulo valor que se le da en ellos a asuntos de verdadera importancia social, política, histórica, moral, humana…

Hace unos días el tema sobre la licitud de las «carreras de galgos» ocupó valiosos espacios radiales, televisivos, gráficos…

El 20 de noviembre, DÍA DE LA SOBERANÍA, aniversario del heroico Combate de la Vuelta de Obligado, pasó absolutamente ignorado por los medios y por lo tanto de la población…

La semana anterior, en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, la Dra. Elisa Carrió exigió que el «tratado», «acuerdo» o lo que sea que entre gallos y medianoches, la Canciller Argentina Susana Malcorra firmara con el Vicecanciller inglés Alan Duncan, en una deleznable componenda, repugnante al sentir nacional, fuera discutido y analizado en la conformación de una comisión que se ocupara del caso, denigrante a todas luces de la «disputa de Soberanía» con que la Nación Argentina exige, de acuerdo a la Resolución 2065 de UN, con el reconocimiento a su derecho sobre las Islas usurpadas y que fueran recuperadas transitoriamente por el sacrificio de jóvenes argentinos, y que la canciller intentara trucar por un hipotético y fallido puesto en la ONU.

Pero de eso no se habla… Usted mismo, Sr. Presidente, livianamente se refiere en charla informal a la Soberanía de la Nación, cuyos destinos le toca conducir y defender, como si el mundo entero no supiera que el Reino Unido no trata esos temas de tal trascendencia internacional en encuentros de pasillos… Lamentable «gaffe».

Dolorosamente, los que vivimos la guerra, vemos como la cuestión Malvinas ocupa en su agenda los últimos lugares y así se va perdiendo identidad nacional. La palabra Patria resulta anacrónica; la Soberanía un finde largo y el futuro, unas discutidas elecciones para el 2017 o 2019…

Si los argentinos no defendemos lo nuestro, los poderosos, con palmaditas en la espalda, nos conforman y esperan la oportunidad de «venir en nuestra ayuda»… Nada es gratis en la diplomacia.

Sr. Presidente, con horror hemos visto al más paradigmático de los corruptos muerto de risa remojándose «las patas» en la fuente frente a ese Congreso, donde presidió el Honorable Senado de la Nación y que en muchas oportunidades se sentó en ese sillón que Ud. hoy ocupa. Y si no sintió derrumbarse su Investidura, es porque ingenuamente y seguro por consejo de su «asesor estrella», cree que mientras más muestren la hilacha los «K», mejor para nosotros. Absurdo total…

Los medios se solazan en destripar al gobierno anterior, pero la realidad es que los vemos tan frescos y arrogantes, que va a llegar el momento en que dudemos de la veracidad de lo que nos cuentan… Por eso creo que por el absurdo no se va a ninguna parte, se pierde la realidad y se desprecia el honor…

Si no tenemos Patria, si no reconocemos el sacrificio de nuestros hijos en Malvinas, si se pretende profanar sus tumbas, si las cárceles están abarrotadas de hombres sin DDHH, si los corruptos se rasgan las vestiduras ante una Justicia pasiva, si el dólar se erige como el dios supremo, si un gobierno fue elegido para «un cambio» y el cambio se enreda con blanqueos que no llegan a grises, en créditos usurarios para pagar créditos usurarios, si en un galimatías incomprensible se abruma con «retenciones, comisiones, ganancias, intereses, ley de dominio, en cifras de ceros incontables, como no voy a estar «PROFUNDAMENTE DESAGRADADA», como lo están millones de argentinos honrados, valientes, trabajadores, pobres y ricos, jóvenes y viejos, que no quieren caer en la decepción y otra vez buscar la Patria en el dolor del desencanto…

Que el ejemplo de los Héroes de la Vuelta de Obligado, que pasara desapercibido esperando el «finde largo», lo aliente a encadenarse a su ardua tarea de gobernar un país diezmado por la codicia, la avaricia, el latrocinio y la mentira, desterrando la frivolidad y la ambición… Y que como COMANDANTE EN JEFE de las FFAA de la NACIÓN, lo instamos.

Encadenado al DEBER, el PODER es transitorio…
Encadenado a la VERDAD, la mentira muerde el talón…
Encadenado a la HUMILDAD, LA SOBERBIA emborracha…
Encadenado a la JUSTICIA, a la LIBERTAD, al HONOR, a la HISTORIA, a las TRADICIONES…
Encadenado a la PATRIA…
Encadenado a la CRUZ…
Nadie es la Patria, pero todos lo somos,
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.

Jorge Luis Borges (Oda, 1966)

Respetuosamente y con esperanza.

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