Por José Luis Milia.-

“Obama honrará en el Parque de la Memoria a las víctimas de la guerra sucia”. Susan Rice, Consejera de Seguridad Nacional de los EEUU.

Escuchar a quien maneja la Agencia de Seguridad Nacional en EEUU hablar críticamente de la guerra sucia -lo que sería creer que su país se ha especializado en guerras “limpias”- es, cuanto menos, una humorada grotesca. Demasiados cadáveres inocentes cargan los EEUU en sus espaldas -hay de los otros, por supuesto- como para que podamos aceptar alegremente la ligereza de una consejera que cree que las guerras que hace su nación se llevan a cabo en un quirófano. Que a veces el quirófano se convierta en un matadero -Dresden, Nagasaki, Hiroshima, My Lai- parecería que, para algunos, no es un impedimento a la hora de aceptar los dichos de la Sra. Rice.

Sabe bien la Sra. Rice que lo que sucedió en Argentina estuvo enmarcado en la guerra fría entre su país y la URSS, que cada una de la pequeñas y no tan pequeñas guerras desatadas en la periferia de su país respondían a una estrategia de dominación territorial por parte de su rival en esa guerra mundial, y sabe muy bien, que quienes atacaron a la República Argentina y que fueron derrotados por sus FF.AA.- y a los que Obama homenajeará- habían sido entrenados en Cuba, Libia y Checoslovaquia por asesores militares que respondían a los soviéticos. Este homenaje es tan infame como si en una visita a Israel Obama homenajeara a Hezbollah.

A estas alturas de la “soirée” es probable que, cuando se desclasifiquen los archivos del Departamento de Estado, la Escuela de las Américas no sea otra cosa que un postgrado en diplomacia, que el Plan Cóndor fue la continuación de la “Alianza para el Progreso” y que Henry Kissinger ganó el premio Nobel de la Paz por su contribución al progreso de la agricultura.

Queda aún por verse si Obama solo irá al Parque de la Memoria- pese a que según Wikileaks, los cables de la embajada americana lo tildaban de exageración cercana a la mentira- o se dará una vuelta por la EsMA. Si esto último ocurre, habrá que creerle a Noam Chomsky cuando dice que el gobierno de EEUU se comporta como si el resto del mundo careciera de memoria y creyera que Guantánamo es solo otro “all inclusive” en el Caribe.

Mucho podríamos hablar de la responsabilidad de EEUU en las políticas latinoamericanas y mundiales, y, aunque cambien los gobiernos y su signo político, el gobierno actual de los EEUU es tan responsable, de los desastres ocasionados como quienes los perpetraron en su momento, ya que el gobierno de un país -y también su pueblo, ¿por qué no?- no sólo hereda el poder y el dinero, también hereda la ignominia.

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