Por Ovidio Winter.-

Allá fue, don Groucho, con una de sus tantas convicciones, a entrevistarse con Biden para rogarle por una ayudita de los sectores financieros internacionales para que sean benignos “para con nuestro gobierno, que ha sufrido la peor sequía de que se tenga memoria, desde 1926 a la fecha”.

Para ello, no vaciló un instante; le prometió ser la puerta de entrada al Patio Trasero de los EEUU, como hubo hecho con Putin, un par de días antes de la invasión rusa a Ucrania, como muy probablemente lo hará (si es que ya no lo ha hecho) con Xi Jimping. Todo esto a la vez que miraba con insistencia las medias de Biden (calculando cuánta saliva les iba a dedicar, muy probablemente).

La facilidad con la que nuestro Presidente cambia de color (como el camaleón) causa “vergüenza ajena” y es la que le ha hecho bajar de un 80% diferencial de imagen positiva, durante la pandemia, a los 62% de negativa que ostenta por estos días.

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