Por Paul Battistón.-

La vicepresidente Villarruel lo apodó a causa de su estado de existencia entre damas de carácter fuerte como jamoncito del medio. El calificativo tomó el carácter de inocente sólo por venir de Villarruel. También escapó a la forma de burla por venir del tono formadamente enérgico de Villarruel.

El circundante de caracteres fuertes es una armadura de la que Milei no se permite perder ni una escama (hasta ahora). Los diferentes ataques directos al gobierno han tenido que impactar en Bullrich, Villarruel, Pettovello o su hermana Karina como intento previo de llegar a Milei mismo.

Sin una aparente conexión, dos caminos llevados adelante por el gobierno parecen hacer uso a la inversa de ese esquema de dejar a algo en la condición de atrapado del jamón.

“Pepín” Rodríguez Simón fue el nombre y apellido indicado como la intromisión del poder ejecutivo en el poder judicial durante la gestión Macri. Y aunque todo fue debidamente desestimado, hoy, desde la perspectiva del gobierno del león libertario, se acepta que la presencia de Pepín fue inocua. Entonces hoy la relación del actual gobierno lo es mucho más con respecto al poder judicial (lo que realimenta cierta mirada de duda hacia el pasado reciente). El acto de intromisión ha sido absolutamente borrado, mediante la actividad partícipe como constante parte denunciante del poder ejecutivo. Ninguna causa magnánima ha sido enarbolada o situada como objetivo. La actividad revisionista de corta distancia surgida de los resultados de la herramienta llamada auditoría (incisiva) ha dado inicio al nacimiento de cuantiosas causas penales con posibilidades de crecimiento ascendente. Una diametralidad de partida que aleja al gobierno de cualquier posibilidad de ser apuntado como entrometido en un poder equilibrante pero si, justo denunciante de anomalías del estado que él mismo dirige.

¿Qué no le aportarían a Milei reuniones con Macron, Lula, Sánchez (ni hablar) que sí le dan reuniones con Musk, Zuckerberg, Tim Cook o Sam Altman? La pregunta no apunta a que la respuesta sean fotos ridículas, pero las fotos de escasa formalidad (sólo para los simplistas, ridículas) son las fotos de los mayores capitales inquietos e inquietantes del planeta prestándose a un guiño hacia uno de los personajes más inquietos y disruptivos (Milei) y uno de los enigmas más inquietantes (Argentina). Son las fotos con las entidades que literalmente deben esforzarse para imaginar un destino para dirigir su capital en la dirección que les permita conservar su categoría de creadores de futuro (podría resumirse en un “no saben en qué gastar su dinero”). Estos capitales representan el mayor potencial acumulado con capacidad de transformación vanguardista a través de la innovación y la ciencia. Podrían ser un espaldarazo para una economía necesitada de inversiones de calidad, un gran empuje para el desarrollo tecnológico y un impulso hacia nuevos caminos de la ciencia.

El gobierno como partícipe activo en la revisión, denuncia y judicialización de la corrupción reciente. Y nuevamente el mismo gobierno (concentrado principalmente en la figura de Milei) como disruptivo atrayente mediante sus osados cambios y arriesgadas apuestas, se está convirtiendo en los panes que desde abajo y arriba aprietan e incomodan a ese jamón de impurezas y continuismo que por conveniencia propia evita a rechazos y enredos los cambios necesarios que nos sacarían de nuestro estancamiento pero al mismo tiempo aniquilaría sus privilegios. Un gobierno sin posibilidades de leyes propias como herramientas para los cambios prometidos se ve obligado mediante la fuerza de la acción a la demostración explícita de ese enemigo encargado de la conservación del ecosistema de la miseria como motor de los privilegios de los creadores de la misma.

El último ataque contundente contra el gobierno que impacta la coraza de mujeres de fuerte carácter que lo recubren es la desatada guerra del hambre, donde los datos precisos (o logrados) le permitieron a los sindicalistas del desempleo la miseria y la extorsión intentar invertir el sentido de la acusación que sobre varios de ellos pesa de usar el hambre como mecanismo de coerción y sometimiento. Sandra Pettovello es quien hasta ahora ha recibido el impacto más potente de los ataques de los terroristas de la miseria. Y la batalla aún no ha terminado.

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