Por Otto Schmucler.-

La oposición desde el primer día y ahora el gobierno (en una ciega lucha de hostilidades) están enfrascados en una cruel batalla de mezquindades cuya víctima principal es “la gente”.

Es así que los dirigentes que “protegen a los necesitados” los envían a la calle (tomándoles lista de asistencia) para que las cámaras de los noteros los muestren por televisión.

Del otro lado de la disputa, la ministra Pettovello redobla la apuesta y también en la calle, cara a cara, les dice que ella en persona va a atender cada uno de sus reclamos, no así los de los dirigentes sociales.

Entonces, como respuesta, estos vuelen a las calles (al lugar donde trabaja la ministra) generando una fila de más de 20 cuadras para que cumpla con su promesa de atenderlos a todos.

Pero sucede que ella está en otro lugar (cumpliendo con sus funciones) y, ante la requisitoria de los periodistas, responde que “ella no los había convocado aún, que si estaban allí era por la orden de los dirigentes, no por un llamado suyo”.

Y tal vez esta novela no concluya aquí y se le sumen nuevos capítulos.

En el medio de este miserable juego de poder, está la gente que, con sus necesidades a cuestas, obedece lo que les mandan que hagan “sin recibir soluciones de ninguno”.

¿No será hora de que detengan este jueguito macabro y piensen que la mitad de los argentinos se hallan en la pobreza y es necesario prestarles atención urgente ?

Antes de que sea demasiado tarde.

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