Por Luis Américo Illuminati.-

Sirva este video como metáfora del «modus operandi» del ominoso abuso de poder de los «gerentes de la pobreza», un execrable mecanismo de una runfla de delincuentes para mantenerse indefinidamente en el poder y enriquecerse a manos llenas a costa de gentes que le son adictas, a las que mantienen en la ignorancia y en la miseria. Este video tiene una cierta connotación con la película Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia), película de humor negro dirigida por Alejandro González Iñárritu, donde Riggan Thompson (Birdman) en la última escena se arroja por la ventana para volar como un pájaro.

El coreano del video no se sabe qué es lo explica, pero por representación mental nos figuramos cómo funcionaba el peronanismo pervertido en los últimos días del albertismo -marioneta trágica de Cristina e imitador de Onán-; estos sátrapas le entregaban a sus seguidores un traje de pájaro (birdman) para que volaran como ícaros. Son multitud los que confiados se arrojaron desde un precipicio.

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Relatan algunos memoriosos un cuento o fábula análoga que relataba siempre Perón para describir una característica de la idiosincrasia argentina. El delirante optimismo que lleva a la irrealidad, y al negacionismo, causa de muchos males. El cuento es así. Un hombre se cae desde lo alto de un edificio y cuando pasa volando en la mitad del edificio un tipo abre justo la ventana y le pregunta cómo le va yendo y el tipo en caída libre le contesta: Y todavía bien compañero, aún no he llegado al suelo, ¿no podría arrojarme un colchoncito para amortiguar la caída?». Así sucedió con los inundados que recibieron dádivas denigrantes de personajes ruines como Mayra Mendoza, Fernando Espinosa, Kicillof -infeliz gobernador de la Isla Barataria- y otros intendentes crápulas que regalaban heladeritas, bicicletas, polenta, etc. en tiempos electorales y no hicieron las impostergables obras de infraestructura que hubieran evitado semejante catástrofe, lo cual parece un castigo del cielo contra la soberbia, la hipocresía, la venalidad y la reincidencia en el abuso del poder de estos nefastos personajes. Los damnificados por las recientes inundaciones han sido embaucados como infantes. Cuando el kirchnerismo fue gobierno sistemáticamente montó un aparato que explotando y violando sus derechos, arriaban a esta gente como ganado, en complicidad con los dirigentes de las organizaciones sociales manejadas por pillos como Grabois, Belliboni, Pérsico y muchos más, distribuían entre la gente sumergida en la miseria, planes y casas inhabitables, extorsionándolos para que concurrieran a cortar las calles, ensuciar la vía pública y tirar piedras a la policía. Una estructura de poder abominable. Sin embargo, hasta la fecha esta pobre gente sufre el «Síndrome de Estocolmo» porque han sido por mucho tiempo rehenes de un peronismo pervertido (el kirchnerismo) al que sólo le interesa gobernar sin límites morales, distorsionando la democracia y la Constitución de la Nación. Va a costar mucho que esta gente se acostumbre a la idea que el kirchnerismo les ha lavado el cerebro. Para esta casta insensible no importa nada con tal de imponerse en las urnas, «el fin justifica los medios». No importa la ética, ni la verdad, convierte la libertad en libertinaje y entroniza la corrupción desde los más altos niveles gubernamentales. Como decía un conocido peronista histórico, amigo de Julio Bárbaro: «De vivir Perón, a todos estos delincuentes no dudaría en defenestrarlos como hizo poco antes de morir con los Montoneros».

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