Por Oscar Edgardo García.-

El Papa Francisco manifestó que los alemanes votaron a «un político que hablaba lindo y que sedujo a la gente» y en consecuencia «todo el mundo dijo bueno, probemos con éste, que nadie lo conoce; no conocemos sus raíces y su condición y entonces votaron a Adolfito».

Alberto Fernández, ni corto ni perezoso, se sumó al relato del poco Santo Padre declarando que «Hitler no llegó por un golpe de estado, llegó votado por los alemanes».

Supina y triste ignorancia la de ambos, porque la historia cuenta que Hitler no fue elegido popularmente para asumir el poder, ni tampoco lo tomó mediante un golpe de estado, sino que lo hizo a través de procesos políticos legales de Alemania utilizados por él y su Partido Nazi.

El 30 de enero de 1933, el presidente alemán Paul von Hindenburg, como resultado de un acuerdo político, nombró canciller de Alemania a Adolf Hitler, quien era el líder del citado partido.

Así fue que Hitler y otros líderes nazis aprovecharon las leyes vigentes para destruir la democracia alemana y crear una dictadura.

Recién cuando el presidente von Hindenburg murió en agosto de 1934, Hitler se proclamó Führer (líder) de Alemania y a partir de ese momento fue el dictador de Alemania.

El Sumo Pontífice y el Primer Mandatario deberían informarse debidamente antes de manifestarse públicamente con afirmaciones propias de ignorantes o de personas tendenciosas.

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