Por Malú Kikuchi.-

Hoy es un día especial, es uno de los días de la Patria, una Patria que nos llevó años fundar, construir, constituir, hacerla grande después de muchas luchas, sangre, incomprensión, egoísmo y dolor. Pero la Patria está.

En algún lugar, muy dentro nuestro, esa Patria reverenciada en los tiempos escolares, esos colores azul celeste y blanco que nos conmovían; era un honor izar la bandera, ese sentimiento todavía debe estar.

Un sentimiento tapado por tantos desengaños, tantas veces estafado por tantos gobiernos, elegidos por nosotros o de facto, pero todos ellos regidos por argentinos, tan argentinos como nosotros. Ende, la culpa es nuestra.

Si aceptamos que estamos como estamos porque somos como somos, impacientes, creyéndonos un país del 1º mundo cuando estamos subdesarrollados, como todo país que gasta más de lo que produce.

Si aceptamos que el realismo mágico no existe, que los gobiernos, todos ellos con muchas falencias, que por lo general reflejan las nuestras, hacen lo mejor que pueden (no los que no robaron asolando al país), podemos cambiar.

Debemos cambiar. El gobierno de ciudadanos argentinos y nosotros, también ciudadanos argentinos. Asumir que la Patria no está presente sólo en el seleccionado de futbol, la Patria está siempre. Ayudémosla.

El gobierno debe comunicar, explicar, hablarnos claro. Si no tienen un plan, que lo digan, hay mucha gente capaz dispuesta a colaborar. Pero deben, es imperativo, acercarse a la gente no con timbreo, con explicaciones simples, al alcance de todos. La tecnología ayudaría.

En tiempos de Álvaro Alsogaray ministro de economía, no existía el “power point”, y con pizarrón y un puntero, ayudado por una tiza, repetía una y otra vez que “había que pasar el invierno”. Molestaba, pero se entendía.

Hoy necesitamos eso, explicaciones. El ajuste es más fácil dentro de sus dificultades, si se entiende el porqué. Y nosotros debemos, si el gobierno hace su parte, volver a creer, ilusionarnos, saber que al final del oscuro túnel la luz es brillante y que la vamos a merecer, que nos la ganamos.

El gobierno debe hacer su parte, difícil, pero ellos quisieron estar donde están, volvamos a apelar al patriotismo de todos los que forman parte de él, de los tres poderes. Que achiquen en serio sus gastos, que pagamos entre todos, que renuncien a sus desmedidas comodidades.

Recién entonces podrán pedirnos que gastemos menos a conciencia, no sólo porque la plata no alcanza. Tenemos que aprender a apagar las luces y los aparatos eléctricos cuando no se usan, a cuidar el gas y el agua.

Pero después que los tres poderes hagan sus sacrificios. Tengamos todos, el gobierno y nosotros, la conciencia de que son los impuestos que pagamos los que mantienen al gobierno y a todo lo que de él depende.

El gobierno debe explicar, reitero, explicar todo, los problemas que enfrentan y cómo piensan solucionarlos. También deben educar bien y seguir educando mejor. Y nosotros, los ciudadanos, debemos comprender.

Basta, eso va para todos, gobierno y ciudadanos, basta de pensar en las elecciones presidenciales del año próximo. Primero se debe encarrilar a la Patria que ha perdido su rumbo y está atravesando tiempos turbulentos.

Se puede, siempre se puede salir de los atolladeros, somos expertos en crearlos y subsanarlos. Lo que resulta de este sube y baja, que debe terminar, es que el cuerpo de la Patria se lastima cada vez más.

Hoy, 25 de Mayo, le pedimos al gobierno (que son los tres poderes), que apelen a su patriotismo, que dejen de lado internas, candidaturas, sueños de permanencia y piensen en esa Patria que hoy, los necesita.

A nosotros, comprensión, entender que somos un país pobre, porque la riqueza no depende de las riquezas naturales sino de la educación de su gente. En este punto decrecemos todos los días un poco más.

Y todos juntos, el gobierno y nosotros, seamos patriotas. Suena cursi, no lo es. La Patria debería estar entre nuestras prioridades. Y sólo se la puede rescatar si lo hacemos todos los argentinos juntos.  Porque:

“Nadie es la patria, pero todos lo somos.

Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,

ese límpido fuego misterioso”.

Jorge L. Borges, Oda a la Patria, 1966, a los 150 años de la Independencia.

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