Por Guillermo Cherashny.-

Sorprendió la renuncia de Juan Pazo, director de ARCA, por ser un hombre de estrecha confianza del ministro de economía, que era el único con un pie a tierra con la economía real, porque fue CEO de rapsodia y Caro Cuore y es el mayor accionista de una sociedad agropecuaria llamada Invernea SA, que es un verdadero fondo de inversión que canaliza fondos sobrantes de las compañías de seguros gracias a su socio Guillermo Plate, Superintendente de Seguros de la Nación.

Esas actividades, la textil y la agropecuaria, deben pagar un impuesto a las ganancias ficticias, un «invento» de Carlos Guberman, el Secretario de Hacienda, que llevó la idea aprobada por Toto Caputo de no permitir a las empresas el ajuste por inflación, de modo de gravar ganancias inexistentes y, como empresario ligado a la economía real, no estaba de acuerdo.

Así las cosas, el Ministerio de Economía está integrado en forma total por especialistas en finanzas, mientras la actividad luce estancada pese al crecimiento basado en el arrastre estadístico.

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