Por Guillermo Cherashny.-
Desde el viernes pasado, a partir del tweet del presidente, se desató una interna entre los periodistas anti k que se alineaban en Juntos por el Cambio y que en el ballotage apoyaron a Milei y durante 2024 se pusieron la camiseta violeta. En efecto, Jony Viale quiso tener la primicia del reportaje con el presidente, al cual no le convenía, por el viejo principio de no aclarar porque oscurece, y en el caso cripto el silencio era saludable.
Ahora el presidente dijo en Washington que no se comunicará con la prensa por ahora pero Jony Viale se incendió como un bonzo y empezó ataques contra colegas con los que estuvo en La Nación +y también contra periodistas «progres», lo cual fue un grave error que hizo más evidente el papelón de que le guiaran las preguntas que hizo.
Pero apareció Fantino y, dirigido a Cristina Pérez, sugirió que rodará la cabeza de Luis Petri, el marido o pareja de la periodista, que tiene un claro conflicto de intereses y encima tiene bajo rating. Estas riñas de vedetismo no le hacen nada bien a los medios de comunicación oficialistas que se “wandanarizaron”.
22/02/2025 a las 5:56 PM
Guillermo Cherasny: el hombre, el mito, la agencia de inteligencia ambulante
Hay personajes en la historia argentina que parecen haber nacido para la discreción, para operar desde las sombras con el sigilo de un monje cartujo. Y después está Guillermo Cherasny, un hombre cuya biografía podría titularse «Cómo hacer de la SIDE un emprendimiento personal y no morir en el intento».
Cherasny no es un simple periodista, ni un operador de bajo perfil. No. Él es un auténtico todoterreno de la información (y la desinformación). Fue él quien llevó de la mano a Daniel Hadad hasta las puertas del Informador Público, ese semanario que, por lo visto, era el Airbnb preferido de los servicios de inteligencia en los años ’80 y ’90.
Pero Cherasny no llegó solo. Como todo personaje de la fauna de espías locales, siempre hay un padrino en la sombra. En su caso, el honor le correspondió a Jorge Boinvaser, otro ilustre agente de la SIDE, que le abrió las puertas de este club exclusivo donde se mezclaban militares en retiro, informantes, operadores políticos y algunos periodistas con vocación de guionistas de thriller barato.
Con el tiempo, Cherasny hizo lo que haría cualquier buen agente que se precie: se quedó con el negocio. Cuando Jesús Iglesias Rouco, el dueño del Informador Público, decidió que era hora de huir a España antes de que la justicia argentina se entusiasmara demasiado con sus 60 causas judiciales, ¿quién tomó las riendas? Nada menos que Cherasny y su socio Carlos Tórtora. Porque si algo nos enseñan las novelas de espías es que cuando un operador cae, siempre hay otro listo para tomar su lugar.
Y así, entre contactos con la SIDE, tertulias con el menemismo y una presencia constante en los márgenes del poder, Cherasny se convirtió en una figura insustituible del periodismo-operación. No será Woodward ni Bernstein, pero si hay algo que sabe hacer es moverse entre las cloacas del poder con la elegancia de quien nunca se ensucia, o al menos, siempre encuentra la manera de sacarse el barro de encima.
23/02/2025 a las 1:14 AM
A MI ME GUSTABA FIORAVANTI, QUE QUERES QUE TE DIGA.
ELEGANCIA EN EL DECIR, CLARO Y SIMPLE EN EL RELATO
Y ESE SONIDO METALICO DE «GOL», CUANDO LABRUNA LA METIA EN EL ARCO DE BOCA.
24/02/2025 a las 12:03 AM
“En efecto, Jony Viale quiso tener la primicia del reportaje con el presidente, al cual no le convenía, por el viejo principio de no aclarar porque oscurece, y en el caso cripto el silencio era saludable.”
QUE HABÍA QUE CALLAR, OCULTAR O NO ACLARAR?
LA ESTAFA ES TAN EVIDENTE QUE DA PENA