Por Carlos Tórtora.-

Al final prevaleció la cordura y Alberto Fernández comunicó que acatará el fallo de la Corte Suprema y le pagará con bonos a la Ciudad. La decisión habría sido el resultado de evaluar el enorme costo, incluido penal, que tendría sostener en el tiempo el desacato, además de las consecuencias en materia económica por la crisis de confianza que esto provocaría en los organismos financieros internacionales, empezando por el FMI por supuesto.

Pero la decisión presidencial tendría nuevos costos y uno sería un nuevo enfrentamiento con Cristina Kirchner. Ella habría visto en la crisis por el fallo de la coparticipación la oportunidad de arrastrar al gobierno a una guerra total con el Poder Judicial, esto es, llevar las cosas al extremo de que el gobierno tuviera que apostar fuerte a la caída de la Corte Suprema. Con una nueva Corte, se le abrirían a Cristina nuevas posibilidades de controlar las causas por corrupción en su contra, que en algunos casos ya están en poder del máximo tribunal. Acorralada como está la expresidente sabe que su única vía de escape al cerco judicial es la obtención de fueros, para lo cual debería ser candidata el año que viene, aunque esto signifique dejar de lado su sonoro renunciamiento a ocupar cargos electivos.

Costos

Así es que la determinación de Alberto de acatar el fallo cayó como un baldazo de agua fría en el Instituto Patria, desde donde se lanzaron nuevos dardos contra el presidente: por ejemplo, que éste quiere pasar a la historia como el defensor de las instituciones y la seguridad jurídica, dejando a la expresidenta como una marginal acorralada por la justicia.

Esta búsqueda de la diferenciación al máximo bien podría ser uno de los objetivos de Alberto en su afán de jugar sus últimas cartas para una eventual reelección, en caso de que Sergio Massa consiga una baja sostenida de la inflación.

En otro orden de cosas, el acatamiento del fallo consolida el éxito político de Horacio Rodríguez Larreta, que ahora haría sentir el peso de la victoria sobre la interna de Juntos por el Cambio. En el larretismo, dan por hecho que la aplicación de la sentencia le valdrá al Jefe de Gobierno consolidar su candidatura presidencial, obligando a un retiro de Mauricio Macri y a un paso al costado de Patricia Bullrich.

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