Por Carlos Tórtora.-

Con persistencia, la campaña de acción psicológica sobre la renuncia de Luis Caputo se instaló fuerte en el gobierno. De acuerdo a una de las versiones circulantes, Javier Milei empieza a necesitar un responsable de que la sonada recuperación en V no se produzca. Tal como van las cosas, el inminente desgaste por la profundización de la recesión lo absorbería el mismo presidente y afectaría a todo el gobierno.

Es sabido que Milei no tolera hacerse cargo de fracasos y ha demostrado además una gran facilidad para remover funcionarios. Claro que hasta ahora no le tocó hacer ningún cambio de la envergadura del Ministro de Economía. Su hermana Karina se anotaría en el bando de los que pujan por el cambio de ministro.

De acá a la firma del Pacto de Mayo es casi imposible que pase algo pero a partir de ahí, entre los conocedores del presidente hay muchos que apuestan al relevo.

La conspiración del Senado

La otra zona de rumores fuertes en el gobierno es el Senado, donde Victoria Villarruel no disimula su furia, porque cree que en la Casa Rosada, si la ley ómnibus se cae, se preparan para instalar que ella sería la gran culpable de la derrota oficial. El objetivo sería invalidarla políticamente para que suceda a Milei si éste no puede terminar su mandato. Con un toque de paranoia, el presidente estaría convencido de que el perfil independiente adoptado por Villarruel no es otra cosa que la construcción del escenario político de una futura crisis institucional.

Por ejemplo, el daño que le causaría al presidente el fracaso de la ley ómnibus sería considerable y que el Senado sea el responsable de la maniobra tendría su significado.

Es obvio que Villarruel tiene un campo de acción limitado a tratar de convencer a algunos senadores opositores dialoguistas. Pero en el entorno presidencial sostienen que ella no pone entusiasmo alguno para que la ley se apruebe.

Recuerdan al respecto el frío papel de ella cuando el Senado rechazó el DNU 70/23 y sostienen que ahora ocurriría algo similar. La tensión crece y sólo un éxito en la votación de la ley diluiría el clima de sospechas.

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