Por Carlos Tórtora.-

Alberto Fernández dio comienzo a la renovación parcial del gabinete nacional a través de la designación en el Ministerio de Hábitat del intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. El presidente buscó un punto de equilibrio entre su esfera de influencia y la de Cristina Kirchner. Ferraresi integra la mesa de intendentes del conurbano, igual que el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis, pero se trata de un caso especial: tiene una vinculación directa con Cristina Kirchner y hasta poco tiempo atrás era el principal financista del Instituto Patria, cuartel de aquella. Considerado uno de los pocos intendentes que tienen buena llegada con Axel Kicillof, Ferraresi ganó fama de realizar una de las mejores gestiones comunales de los últimos tiempos y deberá sacar a su cartera de la semiparalización en la que la deja María Eugenia Bielsa. Este recambio ministerial se da en medio de un reposicionamiento en el reparto de poder bonaerense. Kicillof se alejó en las últimas semanas de La Cámpora y Máximo Kirchner para intensificar sus contactos con el grupo de intendentes de la Primera y Tercera Sección Electoral.

Las reelecciones en juego

El enfriamiento en las relaciones entre el gobernador y Máximo podría hacerse sentir en el plano estratégico si los intendentes del PJ consiguen avanzar en la idea de derogar la ley que les prohíbe la reelección indefinida en sus municipios. Alberto los estaría escuchando y se inclinaría a favor del proyecto reeleccionista de los barones del conurbano. En la posición opuesta está La Cámpora, que sueña con aprovechar la no reelección de los alcaldes para reemplazarlos en las urnas por sus candidatos. Si bien este juego es para el 2023, la pulseada ya empezó y la llegada de Ferraresi al gabinete es un punto a favor de los intendentes.

Share