Por Sebastián Dumont.-

Empezó como una estrategia sin difusión pública, pero ahora ya no se puede ocultar. En Cambiemos, sobre todo en el PRO, están construyendo o relanzando lo que en algún momento se llamó el pro-peronismo. La idea es equilibrar el poder de Massa y darle a la gobernadora una red territorial que aún no logra construir con sus propios dirigentes. En el medio, se mezclan las propias internas del espacio, desde Nación a Provincia que, por momentos, amenazan con dilatar la estructuración.

No hay dudas de que el acuerdo de Vidal con Massa sigue muy firme en Diputados y con algunos chispazos en el Senado. Esta realidad encendió algunas luces de alarma hacia adentro de Cambiemos que se potenciaron cuando Mauricio Macri hizo las declaraciones poco amigables en relación a Massa hace 15 días en el programa de Majul.

Sin embargo, un día después, el presidente chateó con el líder del Frente Renovador y se distendió la situación, lo que no amerita que, de todas formas, la construcción de un espacio ligado al peronismo, por fuera del massismo, siga adelante para respaldar a Macri en la provincia de Buenos Aires. Y por ende, a María Eugenia Vidal. Aunque esto desate las internas dentro de Cambiemos.

Es conocida la tensión que existe entre el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó y el gobierno provincial. Monzó fue el encargado del despliegue territorial del macrismo en todo el país, incluida la provincia de Buenos Aires.

En ese entonces, el hombre de Carlos Tejedor, a quien extrañamente le sacaron hace unos días un recuerdo nefasto de su paso por el gobierno provincial durante los ‘90, comenzó a tejer con un grupo de peronistas territoriales.

Ahora, esa liga vuelve a ponerse sobre la mesa y conversa con Federico Salvai en la provincia y el propio Monzó.

Por Cambiemos, aparecen nuevos actores con la idea de prolongar esta idea. El secretario de seguridad, Cristian Ritondo, el vicepresidente de la cámara bonaerense, Manuel Mosca es uno de ellos. También el titular de IOMA, Carlos Ragazzoni, está tejiendo vínculos políticos.

En este esquema ya están Osvaldo Mércuri, Federico Scarabino y las charlas se han profundizado fuertemente con otros actores como Jesús Cariglino, Darío Giustozzi y Baldomero Álvarez de Olivera. Son peronistas que aún conserva adhesión en sus distritos donde el PRO no ha podido hacer pie fuertemente y ahora gobierna el kirchnerismo.

De todas maneras, las intrigas siguen adelante. Las decisiones se toman a cuentagotas y el despliegue territorial de Cambiemos por momentos choca con las propias internas del espacio.

Hay un dato clave que adelantamos en su momento y tiene que ver con la distribución de los organismos descentralizados. Por allí pasa la batalla institucional del armado.

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