Por Carlos Tórtora.-

La geografía del nuevo gabinete y de los cargos más significativos muestra a un cristinismo concentrado en determinados objetivos. Uno de los mismos es el control de las cajas, o sea, de los organismos públicos con mayores recursos presupuestarios o mayor recaudación. Así es que tenemos a Mercedes Marcó del Pont en la AFIP. Ella reportaría hoy por hoy a Cristina a través de Máximo Kirchner. Otra caja a controlar por el kirchnerismo es el Banco Central. a través de Miguel Ángel Pesce, que fue vicepresidente de la entidad en dos ocasiones, durante las gestiones de Martín Redrado y Mercedes Marcó del Pont.

La lista sigue con Alejandro Vanoli, el ex presidente del Banco Central, que ocupara el cargo en los últimos dos años de la presidencia de Cristina Kirchner. Vanoli se reporta directamente con la vicepresidente electa y asumirá en la ANSES, que en números brutos es la principal caja del Estado Nacional.

En el PAMI, otra caja importante, asumirá una representante de la nueva dirigencia de La Cámpora, la diputada porteña Luana Volnovich, promocionada por Máximo. Esto último se complementa con la llegada de Ginés González García al Ministerio de Salud.

También La Cámpora está presente en esta captura de cajas en Aerolíneas Argentinas. El que fuera la mano derecha de Mariano Recalde en la conducción de la empresa hasta el 2015, Pablo Ceriani, sería ahora el presidente de Aerolíneas.

El blindaje

Aparte de las cajas, el cristinismo puso todo su peso para quedarse con el manejo directo de la Defensa y la Seguridad, lo que logró a través de Agustín Rossi y Sabina Frederic, una antropóloga que tiene sus raíces políticas en Nilda Garré y el CELS de Horacio Verbitsky. El control directo de las fuerzas sería ahora una obsesión por parte de la vicepresidente electa, que tomaría muy en serio los síntomas de agitación social que se extienden por Colombia, Chile y Ecuador y la participación estelar que tuvieron la Policía y las Fuerzas Armadas de Bolivia en provocar la renuncia de Evo Morales.

Por último, el cristinismo se asegura participación decisiva en la ejecución de la estrategia política del gobierno a través de Wado de Pedro como Ministro del Interior.

Las áreas jurídicas son, sin duda, claves para la concentración de poder y Alberto se ha blindado a través de la nominación como ministra de su socia Marcela Losardo y de Vilma Ibarra como Secretaria Legal y Técnica. El cristinismo rescató un espacio importante con Carlos Zannini como Procurador General del Tesoro y hay una batalla en ciernes por la Procuración General de la Nación.

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