Por Carlos Tórtora.-

Ayer en las oficinas de Enrique Albistur, marido de Victoria Tolosa Paz, se trabajaba sin pausa para completar la cantidad de avales que requiere la ley para la inscripción de la fórmula presidencial Scioli-Tolosa Paz en las PASO del 13 de agosto. El ex motonauta se muestra decidido a desafiar a Sergio Massa, Wado de Pedro o quien resulte el elegido por Cristina Kirchner. Su confianza se basa fundamentalmente en tres factores. El primero es que Alberto Fernández se juega su subsistencia política a la candidatura de Scioli. En efecto, el presidente necesita demostrar que hay una parte del peronismo que se desmarca de la conducción de Cristina y toma otro rumbo. Por esto es que Alberto abastecería con la caja del Estado Nacional a la campaña de aquél.

El segundo factor es que ninguno de los presidenciables que baraja la vicepresidenta, empezando por Massa y De Pedro, tiene números altos en las encuestas y en los niveles de conocimiento público. Scioli los supera.

Tercero y último, las estructuras del kirchnerismo están obligadas por las circunstancias a darle a Scioli sus boletas para que vayan pegadas con las de la fórmula presidencial. Así es que ni Axel Kicillof ni la propia Cristina correrían el riesgo de que Scioli les haga perder un porcentaje de votos que los dejarían mal parados en las PASO y que podrían mostrarlos debilitados en la primera vuelta. Y ni que hablar de los intendentes, que estarían ya dispuestos llevar en sus boletas tanto al candidato de CFK como a Scioli, ante el riesgo de que si no lo hacen resulten deteriorados en sus feudos.

Una ingeniería complicada

La inminente confrontación interna en el peronismo se presenta entonces con una perspectiva de unidad para todas las candidaturas excepto para la fórmula presidencial. Por mucho que esto le desagrade al kirchnerismo duro, los peligros serían mayores en el caso de ir a una confrontación para todas las categorías de cargos.

Como factor favorable al FdT está el hecho de que, si hay dos candidatos presidenciales, la movilización de votantes sería bastante mayor que si hay uno solo. Esta ingeniería electoral es la que ayer se vislumbraba en el FdT, siendo bastante improbable que haya una ruptura de lanzas y que entonces, jugando contra el reloj, Scioli lance sus propios candidatos a legisladores e intendentes en la PASO.

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