Massa necesita tener un Frente Renovador protagonista del debate parlamentario (Dibujo: NOVA).

En una de sus memorables frases, el gran estadista alemán Otto von Bismarck afirmó: “Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”.

Quitando la catarata de pomposas promesas de campaña (imposibles de rotular como falacias ya que no accederá a la presidencia para saberlo), Sergio Tomás Massa mintió en lo que fue uno de sus slogans más fuertes previo a las elecciones, erigiéndose como “el único que le puede ganar a Scioli en el balotaje”.

El resultado del pasado domingo demostró que no era cierto ese postulado. En la conferencia de prensa de este miércoles, se amparó en haber sido un crédulo ante lo que marcaban las encuestas. Pero el tigrense dio sobradas muestras que de ingenuo no tiene nada.

Asimismo, durante esta guerra política que se libra de aquí al 22 de noviembre, Massa también parece hacer honor a aquella frase bismarckiana, ya que, más allá de tener bien en claro su rol determinante como destinatario de más de 5 millones de votos en las generales (que definirán quién será el vencedor de la segunda vuelta), remarcó: “No buscamos cargos”.

Sin embargo, por lo bajo, el líder del Frente Renovador avanza en las negociaciones con los emisarios de “Cambiemos”, quienes, claramente, no vienen ganando sus guiños por el hecho de prometerle llevar adelante los postulados con aroma a demagogia que le exige al próximo presidente, sino por los cargos legislativos para su tropa a obtener con el objetivo de alcanzar para él, en un futuro próximo, un cargo más simbólico que concreto, pero, no por ello, cargado de poder para seguir siendo protagonista del escenario político criollo al menos durante los próximos cuatro años: ser el conductor de una etapa del peronismo.

Sergio Tomás Massa apunta a barrer con el kirchnerismo y, para eso, es necesario que Daniel Scioli no sea presidente. Pero con eso no alcanza. También necesita tener un Frente Renovador protagonista del debate parlamentario y eso es lo que está negociando por estas horas con los hombres y mujeres de Cambiemos. Cargos legislativos.

Interbloque y toma del poder

Y en el caso de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, donde, tomando los resultados electorales y la composición de fuerzas, el FpV seguirá siendo la primera minoría, la única manera de tomar las riendas sin necesidad de discusión es unificando las bancadas de Cambiemos y el Frente Renovador. Así, se está trabajando en la conformación de un interbloque que aglutinaría a 50 diputados, número más que suficiente para hacerse con la presidencia y vicepresidencia de la Cámara baja (hoy a cargo de los oficialistas Horacio González y José Ottavis respectivamente).

De esta manera, se estaría barajando la posibilidad de colocar a un macrista en el cargo máximo de Diputados y a un massista como vice, puesto que aquí no es menor no decorativo ya que la ausencia de la firma del Nº 2 de la Cámara baja puede trabar varias iniciativas.

Como presidente del Cuerpo, el “amassado” acuerdo opositor contempla a Marcelo Daletto, mano derecha del armador bonaerense de Mauricio Macri, Emilio Monzó. También, se habla del actual legislador amarillo, Orlando Yans.

En tanto, para la vicepresidencia de la Cámara baja, el massismo contempla colocar a Juan “Tiburón blanco” Amondarain o a Rubén Eslaiman, referente de Graciela Camaño y Luis Barrionuevo que tiempo atrás protagonizó precisamente un violento episodio con Amondarain, a quien le propinó una paliza (a pesar de contar éste último con anteojos), pateándolo mientras estaba en el suelo. Hoy, la contienda entre ellos parece rondar en torno al segundo sillón de importancia en Diputados.

Más abajo en la discusión también figura Ramiro Gutiérrez, alias “Lechón robado” porque se lo comen a escondidas. Finalmente, la presidencia del bloque quedaría para el “renovador” Jorge Sarghini. Bajo este mecanismo, Massa busca, tras el balotaje, concluir con la cacería que liquide al kirchnerismo. Habrá que ver si, después de la misma, utilizará otra mentira para terminar de rendir homenaje al viejo Otto. (Agencia NOVA)

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