Por Carlos Tórtora.-

Sergio Massa pasó de ser el héroe del gobierno a blanco de todas las críticas. La declinación de la gestión económica fue aprovechada por el albertismo para pasarle facturas al ministro. En el entorno de Massa culpan a los operadores de Alberto por difundir los rumores sobre un desdoblamiento del mercado cambiario. En general, la relación entre ambos se habría enfriado significativamente. Otro capítulo de la crisis de Massa es el episodio de Edesur, que terminó enfrentándolo con La Cámpora. A pocos días de viajar a China, el tigrense se encontró además con que Santiago Cafiero borró de un plumazo el proyecto bilateral de construcción de una central nuclear, que era el principal objetivo del viaje.

Jugar con fuego

Sitiado por fuego amigo, Massa especularía con el temor en las filas kirchneristas por la crisis que podría desencadenar su salida del gabinete. «Si no tengo todo el apoyo político me voy», le habrían escuchado amenazar al ministro. Como es obvio, estas amenazas son poco creíbles. Cristina Kirchner sería consciente de lo delicado que sería tener a un ministro de economía averiado y así es que habría ordenado mantener el apoyo silencioso a la gestión económica. El juego de las candidaturas está implícito en todo esto. Massa intenta frenar el avance de Daniel Scioli mientras que Alberto estaría convencido de que Cristina no se presentará y le abrirá entonces el camino para participar de las PASO.

Bajo fuego amigo, Massa temería que su declinación como ministro le quite peso en la negociación de las listas del Frente de Todos.

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