Por Carlos Tórtora.-

Empujado por las circunstancias de la crisis, el peronismo empieza a recuperar la centralidad perdida con el protagonismo de Javier Milei. El reciente documento crítico de Cristina Kirchner la situó más cerca de ejercer la conducción del kirchnerismo. Y hasta se especula con que podría ser la futura presidenta del PJ. Por otro lado, Sergio Massa se mostró estos días más activo liderando la ofensiva del Frente Renovador en la legislatura de Buenos Aires. Hasta el etéreo Albero Fernández encendió los motores y se paseó por los despachos de varios gobernadores. Después de todo, continúa siendo el presidente del PJ. Aunque la reconstitución del ajetreado triunvirato de Cristina, Sergio y Alberto parecería hasta de mal gusto, la realidad es que los bloques de Unión por la Patria en ambas cámaras del Congreso necesitan de una conducción política fuera del mismo y la necesidad de una interlocución política nacional alcanza a la CGT, que está a punto de lanzar su segundo paro general contra este gobierno.

Las condiciones

Pero esta reaparición de Cristina, Sergio y Alberto está condicionada por al menos dos factores. El primero es que Milei continúe bajando marcadamente en las encuestas de opinión, lo que pronto marcaría un freno a su proyecto de liderazgo personalista.

El segundo factor es que el profundo malestar social por el ajuste se exteriorice en la calle, generándose la imagen de un gobierno sitiado por la movilización social. Sólo así tendría margen para recuperar la centralidad el peronismo kirchnerista, que debe también contener el creciente protagonismo de los gobernadores del PJ. Estos, gracias a su enfrentamiento con Milei, han pasado a tener un rol central en la política nacional. En cuanto a Axel Kicillof, metido en una lucha a brazo partido con Luis Caputo por el recorte de fondos a Buenos Aires, se complace de no tener que asumir un liderazgo nacional que hoy sería difícilmente compatible con la condición de gobernador.

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