Por Sebastián Dumont.-

Mauricio Macri llevará a Sergio Massa al foro de Davos durante el mes de enero. Lo dejó afuera a Daniel Scioli a quien se había especulado que podría haber sido de la partida en el viaje del presidente a Suiza. La relación política entre Massa y Cambiemos pasa por el mejor momento, sustentada sobre todo en la provincia de Buenos Aires donde el diálogo entre el líder del Frente Renovador y la gobernadora es diario. No sólo conversan sobre el presupuesto y el endeudamiento, sino que tocan temas como la inseguridad y la necesidad de reformar a “fondo” la policía bonaerense. Aunque sea prematuro, hay quienes en ambos espacios empiezan a observar como una posibilidad conveniente la de reeditar el acuerdo de 2013 para ir juntos a las elecciones del año próximo y darle el golpe final al cristinismo.

Ya habíamos adelantado la semana pasada que, luego de la fracasada sesión en la legislatura donde no se pudo votar el presupuesto, Vidal lo llamó a Massa, que estaba en Pinamar, y lo invitó a almorzar. Allí ratificaron todos los términos del acuerdo que habían elaborado anteriormente para que el Frente UNA sea el garante de la gobernabilidad en la provincia.

Igualmente, más allá de cuál sea el resultado de las gestiones que vienen llevando los intendentes del Frente para la Victoria con sus legisladores para aprobar el presupuesto -quizá sea el 12 de enero- hay quienes en las cercanías de uno y otro creen que sería importante no descartar a futuro la posibilidad de ir en acuerdo electoral como ya sucedió en 2013. La premisa que  esgrimen es que en las elecciones legislativas es necesario darle el golpe de gracia al cristinismo para que no pueda resurgir con chances en el 2019.

Esta teoría se agiganta ante la opción que sea Cristina Kirchner la que encabece la nómina de senadores por el Frente para la Victoria en territorio bonaerense. Por ahora es sólo el nacimiento de un pensamiento hacia futuro. Nada más que eso.

Mientras tanto, Massa volvió a mostrar en diferentes declaraciones su apoyo a la gobernabilidad de Cambiemos no sólo en lo nacional sino también, y sobre todo en la provincia. Un fracaso en Buenos Aires es muy difícil que no arrastre al gobierno nacional. Y ello sería muy grave, porque instalaría la idea de que no puede ser gobernada de otra manera que no sea la conocida hasta aquí, donde los resultados están a la vista.

Legisladores y dirigentes cercanos a Massa creen que el ejemplo de Menem y Alfonsín en su momento donde hubo colaboración, no impidió que después se enfrentaran en las urnas y el riojano sea electo presidente frente a Eduardo Angeloz. Es más, Alfonsín ayudó a que Menem le gane la interna a Cafiero en el PJ. ¿Podría Macri hacer lo mismo con Massa para que quede con el control del peronismo y algo más? Incógnitas por ahora. Nada más.

El viaje de Macri y Massa a Suiza es la consecuencia de una situación política que aleja a Cristina Kirchner del centro de la escena y abona la teoría de “liderazgos modernos. Pero la verdad es que el vínculo político entre ambos tuvo sus altibajos con momentos de desconfianza mutua como otros de afinidad. En su momento, dimos la primicia en este medio del “acuerdo de la milanesa” porque en una cena antes de las elecciones Juliana Awada había servido milanesas mientras Macri y Massa conversaban de lo que venía. El resultado de esas conversaciones empieza a verse ahora con mayor claridad.

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