Por Carlos Tórtora.-

En los últimos días, la preocupación por el agravamiento de la situación social desplazó de la agenda pública a la realidad política. En consonancia, los medios se dedican a subrayar el aumento de los índices de pobreza e indigencia junto con la abrupta caída de la imagen positiva del gobierno durante septiembre. Las palabras del Papa sobre el deterioro de la realidad social dispararon a su vez la movilización de los obispos católicos en todo el país. Mientras el eje del debate pasó por la pulseada entre el gobierno y el Congreso, Javier Milei sacó ventaja de esa dialéctica, porque él estaba luchando contra la casta y la casta tiene mala imagen.

Pero ahora, el presidente no puede explotar a su favor una realidad centrada en la pobreza y la indigencia. De ahí que tanto el presidente como Luis Caputo recurran al fantasioso argumento de que, si no fuera por este gobierno, la crisis del 2023 hubiera dejado un país con el 80 o 90% de pobres.

El gobierno, acorralado, necesita con urgencia por lo menos un tema que distraiga a la opinión pública de la toma de conciencia sobre el desastre social.

Sin salida

Para peor, octubre abrirá con una marcha de protesta universitaria que promete ser superior a la anterior. El pequeño acto que Milei protagonizará mañana en Parque Lezama parecerá con seguridad una anécdota frente a la masiva movilización universitaria.

Es evidente que el gobierno necesita dar un golpe de timón pero no se advierte cuál sería. Milei no tendría en vista un recambio de gabinete, aunque no hay que descartarlo. Otra hipótesis es que aparezca oportunamente un nuevo escándalo de corrupción que envuelva a figuras nacionales del peronismo. El persistente silencio de Sergio Massa podría indicar por dónde podría haber problemas. Está sí descartado cualquier ataque del oficialismo a la cúpula de la CGT, que con su silencio está convalidando la ofensiva libertaria contra el estado de derecho.

Tímidamente, la CGT no pudo más con su vergüenza y adhirió a la marcha universitaria. En síntesis, septiembre está marcando un punto de inflexión.

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