Por Carlos Tórtora.-

La Cámpora tendría prácticamente resuelto el problema de los votos necesarios en Diputados para aprobar el proyecto de ley de suspensión de las PASO que acaba de presentarse. Con la postulación de la intendenta de Moreno Muriel Fernández como candidata a vicegobernadora bonaerense, el Movimiento Evita quedaría satisfecho -además de tres bancas de diputados. Y aceptaría sumarse a la embestida kirchnerista contra las PASO. Alberto Fernández parece haberse quedado en soledad defendiendo la vigencia de las primarias, por lo que pronto terminaría por ceder. En JxC los radicales callan pero anhelan que el gobierno consiga la suspensión. Es que ellos serían los principales beneficiarios en la oposición. Al pasar a elegirse los candidatos por los partidos, el mayor peso de la estructura partidaria de la UCR haría que el PRO quede en una situación de debilidad, lo que no se da con las PASO, que están dirigidas a la participación de los no afiliados. Con la suspensión, el kirchnerismo le estaría entregando a la UCR la llave maestra para negociar de igual a igual con el partido amarillo. Pero también hay que tener en cuenta los efectos generales de la suspensión, como por ejemplo que pasarán a tener un rol protagónico los que detentan el control de los aparatos partidarios, que el año que viene serían los encargados de convocar y dirigir las internas, así como proclamar los candidatos y contar los votos de las internas. Cabe recordar que Alberto es el presidente del PJ Nacional, cargo que el kirchnerismo le cedió sin problemas por considerarlo irrelevante.

La lapicera de Cristina

De aprobarse la suspensión, Sergio Massa ganaría algo de tiempo para que su gestión dé resultados, dado que las candidaturas ya no se definirían en agosto sino en septiembre.

Desde su silencio, Cristina Kirchner impulsa la suspensión como el mejor modo de poder digitar las candidaturas sin tener que negociar con eventuales usuarios de las PASO.

Share