Por Carlos Tórtora.-

La marcha federal universitaria convocada para hoy en defensa de la universidad pública preocupa al gobierno más que cualquiera de los movimientos sociales de protesta. Es que, en primer lugar, se trata de un reclamo que representa sobre todo a la clase media y a parte del electorado que votó a Javier Milei. Segundo, la marcha contra el ajuste a las casas de estudio, al revés de las marchas piqueteras o sindicales, cuenta con el aval de prácticamente todo el espectro social. Tercero, la historia de las rebeliones estudiantiles contra los gobiernos de derecha es rica en antecedentes en la Argentina. Sobre todo contra los gobiernos militares, ya que Carlos Menem eludió hábilmente el enfrentamiento con el movimiento estudiantil. Por su parte, Fernando de la Rúa no pudo contener la protesta universitaria cuando Ricardo López Murphy intentó un gigantesco recorte presupuestario que le costó el cargo de ministro de economía.

La expectativa más negativa en el gobierno es que la marcha encienda la mecha del activismo universitario, generando un foco de tensión permanente. De ahí que el discurso oficial no deje de ser ambiguo mencionando supuestas posibilidades de arreglo de la situación.

Una pérdida de consenso

En síntesis, el enfrentamiento por las universidades puede ser el motor del alejamiento de la clase media de Milei. Para el discurso libertario, colocar al sistema universitario al borde del cierre es desarrollar un orden de prioridades inaceptable para la sociedad. Al revés de lo que ocurre con los recortes y despidos en la administración pública, en este caso la adhesión sería muy baja. El presidente se expone entonces a una derrota mediática importante en momentos en los que la recuperación económica se hace esperar. El punto fuerte de La Libertad Avanza es producir transformaciones que superen esquemas de atraso. En este caso, la transformación representa en sí misma una política de atraso.

La decisión de anoche de depositar una parte importante de los fondos de funcionamiento de las universidades muestra a las claras que Milei no quiere dar esta pelea y que intenta desactivar la marcha. No obstante esta importante marcha atrás, el conflicto subsiste.

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