Por Damián Belastegui (Agencia NOVA).-

Existiendo ya dos fórmulas del FpV a la Gobernación, la cantidad de boletas pueden superar marcadamente ese número en distritos donde se presenten por este espacio más de un aspirante a la intendencia (Dibujo: NOVA).

La frase “hay que pasar agosto” ya no parece ser sólo potestad para los chascarrillos de aquellos adultos mayores que ponen al áspero mes invernal como la barrera a vencer para seguir gozando de buena salud en lo que resta del año, sino que también se ha transformado en un agrio lema injertado en el fuero íntimo de varios dirigentes que, lejos de tener a las PASO como un mero trámite legal a cumplimentar de cara a octubre, deberán sortear competencias internas que, en mayor o menor medida, ponen tempranamente en disputa su poderío territorial.

Esto se puede retratar con claridad en el ámbito bonaerense del Frente para la Victoria, donde en varios distritos los intendentes no sólo tienen que lidiar con un contrincante interno a vencer (en algunos casos inesperado) sino, por correlatividad, con la preocupación de un cuarto oscuro cargado de boletas azules del FpV que puede llegar a provocar un “voto confusión” que atente contra su caudal electoral.

Sucede que, existiendo ya dos fórmulas de este espacio a la Gobernación, la cantidad de boletas pueden superar marcadamente ese número en distritos donde se presenten, también en el seno del FpV, más de un aspirante a la intendencia. De esta forma, y en la política de ir “todos con todos”, en un municipio donde haya dos precandidatos locales, se desplegarán sobre las mesas del cuarto oscuro cuatro boletas distintas del mencionado espacio.

Vale señalar que, bajo este contexto, lo que también se incrementa significativamente es el monto a destinar al momento de la impresión de boletas que ya de por sí serán más largas (se agregan los aspirantes al Parlasur). Se estima que, para cubrir el territorio provincial, el valor superaría los 45 millones de pesos, si se tiene también en consideración que el número de boletas que se imprimen es significativamente superior a la cantidad de votantes que registra el padrón. Pero el costo económico no mueve el amperímetro en comparación a la inquietud por el costo político de este tupido bosque de precandidatos.

En la cartera de la dama y el bolsillo del caballero

Precisamente, quien alertó días atrás acerca de un “cuarto oscuro complicado” fue el compañero de fórmula de Julián Domínguez, el intendente de La Matanza Fernando Espinoza, quien, en declaraciones a NOVA, señaló: “En muchos lugares de la provincia habrá varias listas de precandidatos a intendentes, o sea que en el cuarto oscuro va a haber no menos de cuatro boletas en el caso de que haya dos candidatos a intendentes”.

Ante ese superpoblado estado de situación que se presentará en el cuarto oscuro de números distritos de la provincia y que también puede atentar contra las aspiraciones del tándem que integra, el matancero recalcó: “Lo que venimos trabajando en cada ciudad que visitamos con mi futuro gobernador Julián Domínguez es que la militancia lleve la boleta casa por casa para hacer como en los viejos tiempos de Perón y Evita cuando la gente iba a votar con la boleta en el bolsillo el varón y en la cartera la mujer”.

De esta manera, se evitarían confusiones con quienes, al ingresar al cuarto oscuro, se guíen solamente por el cuerpo presidencial de la boleta.

La inquietud de los intendentes

Pero si las preocupaciones invaden a quienes van en busca de la Gobernación provincial, la inquietud mechada de resquemores se eleva en aquellos intendentes que tendrán que afrontar una contienda interna en el pago chico.

Citando algunos casos, en Esteban Echeverría el mandatario municipal Fernando Gray tendrá tres competidores internos, dentro de los que sobresale el arquitecto Alberto Dodero, hombre de Nuevo Encuentro, espacio liderado por el vice de Aníbal Fernández, Martín Sabbatella, quien cosecha numerosas animadversiones de alcaldes que se han visto (o se ven) “molestados” en su construcción territorial por los dirigentes que les planta en sus distritos el hombre del AFSCA.

También La Cámpora ha infiltrado sus candidatos en algunos municipios, tal es el caso de Moreno, donde Mariano West se enfrentará al funcionario de ANSES, Walter Festa.

Estas inquietudes las habrían puesto sobre la mesa varios de los alcaldes que se reunieron en la semana con el gobernador y precandidato presidencial, Daniel Scioli, el cual apuntó a suavizar los ánimos con la promesa de un futuro Ministerio de Ciudades y Territorios de acceder a la Casa Rosada, siendo ésta una cartera en la que los jefes comunales del grueso bastión del conurbano tendrían injerencia.

Otro de los intendentes que tendrá un contrincante del riñón de La Cámpora es Daniel Di Sabatino (San Vicente), el cual tendrá que verse las caras internamente con el titular del Anses local, Diego Barralle.

Consultado por NOVA al respecto, el alcalde sanvicentino recalcó: “Por supuesto hubiera preferido que haya una sola, la mía, no cabe duda, pero también hubiera preferido que se mantengan otras listas que también habían presentado sus ganas de competir y no sé por qué han sido bajadas y ha quedado sólo una que es de alguien que no es del distrito y es algo que resulta un poco insólito”, fustigó.

De todos modos, se mostró confiado: “Nosotros vamos muy tranquilos a la elección, con un trabajo enorme desarrollado durante todos estos años”. En tanto, abordado sobre si la multiplicidad de boletas del FpV puede llevar a la confusión al electorado, Di Sabatino estimó: “Me parece que no va a ser tan grave, aunque lo ideal hubiera sido sintetizar las boletas a nivel nacional y provincial y de esa manera aliviarle un poco esa definición al electorado pero va a salir todo muy bien”.

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