Por Carlos Tórtora.-

En las recientes PASO, 11.377.000 electores se abstuvieron de votar. Si a esto le sumamos 2.728.000 votos en blanco o impugnados, la suma supera los 14 millones de votantes, o sea, alrededor del 38% del padrón nacional. Estos 14 millones, por ejemplo, duplican los votos obtenidos por Javier Milei. Se sabe poco y es muy escaso lo que las consultoras dicen sobre esta masa de gente que supera la sumatoria de La Libertad Avanza y JxC. Tampoco los candidatos que siguen en carrera han dado señales de dirigirse a los que no votaron y buscar captarlos. Obviamente, las causas que llevan al ausentismo son múltiples pero con el denominador común de que el no voto implica por cierto un rechazo a la dirigencia política en general.

En este tema, una de las preguntas más importantes que podemos hacernos es si al menos una parte de los que no votaron lo harán en octubre y, en caso de que esto ocurra, lo hagan divididos en tres tercios o bien se inclinen hacia algunos de los candidatos. Sobre esto, por supuesto, hay distintas opiniones. Están los que dicen que, presionados por la dramaticidad que tiene la primera vuelta, muchos que se abstuvieron ahora votarán. Para otros analistas las cosas no cambiarán y hay un tercio que continuará fuera de la elección.

Con suspenso

Por su condición de disruptivo, Javier Milei podría tener más chances de captar este tipo de votantes, mientras que Sergio Massa, como representante de una fuerza tradicional como es el peronismo, estaría en peores condiciones.

Las especulaciones sobre los que no votaron tienen un alcance mayor porque, si hay segunda vuelta, el interrogante volvería a plantearse. El 18 de noviembre, los dos candidatos que queden en pie estarían condicionados por la posibilidad de que una parte de los que se abstienen deje de hacerlo. Por ahora, ningún sondeo de opinión ayuda a develar qué camino están tomando los ausentes.

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