Por Guillermo Cherashny.-

Una reciente encuesta de Poliarquía -una de las más serias del mercado- recibió como respuesta que un 32% de los encuestados quieren que continúe este gobierno -muy malo por cierto. Pero la explicación es muy simple: en una elección es clave la situación económica pero no es la única. Si no, recordar que Angeloz obtuvo el 38% en medio de un híper y en el 19 Macri, con el 53% de inflación y dos años de una recesión del 2,5%, obtuvo el 33% en las PASO y un 40,5% en la primera vuelta. Es decir que este gobierno, integrado por mayoría de kirchneristas y peronistas como sindicalistas, gobernadores y dirigentes, puede tranquilamente pasar el 30% de los votos aun con el 100% de inflación.

El dato nuevo es que Milei es un fenómeno aluvional y puede desplazar a Juntos por el Cambio del ballotage, porque el núcleo duro de la coalición antiperonista era Macri, que le sustrajo los votos a la UCR en CABA, conurbano y Córdoba, y otros distritos más, y por tanto nadie sabe cuál es el piso de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich -y de la UCR-, porque la Coalición Cívica es hoy por hoy un sello que no tiene un voto. Entonces es posible imaginar un ballotage entre Sergio Massa con un programa market friendly apoyado por Cristina, quien necesita un candidato «liberal» a presidente que le sume votos para que Kicillof gane la gobernación, y el único «liberal» en el peronismo es Massa, con su agenda empresaria y pro norteamericana, ya que ni Scioli, De Pedro o Capitanich reúnen ese requisito.

Si Massa se enfrentara con Milei en un ballotage, no recurriría a acusarlo de nazi -como hizo con torpeza el presidente- sino que apelaría a la racionalidad contra lo desconocido. Tampoco aludirá que si Milei gana no tendrá diputados ni senadores sino a una agenda propositiva y diferenciándose del carácter explosivo del libertario sin agredir, porque el que agrede a Milei pierde por eso solo; apelará a la racionalidad buscando el voto radical y larretista en la segunda vuelta.

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