Por Guillermo Cherashny.-

Pese a que en las encuestas que se conocen Milei aparece tercero con arriba del 20%, la realidad de la calle demuestra que está mucho más alto. Si no, no se explica que Eduardo Fidanza de Poliarquía y Hugo Haime, dos de los encuestadores más relevantes, protagonizaran una polémica en el diario Perfil, donde Fidanza hablaba de un peligro para la democracia si ganaba. En cambio Haime tituló su artículo: “¿Quién para a Milei?”, dando por hecho que puede entrar al ballotage.

En primer lugar, Milei no es ningún peligro para la democracia, porque nunca hizo declaraciones contra las instituciones; sí contra sus integrantes; y las acusaciones de nazi que le hicieron algunos periodistas simpatizantes de Juntos y el propio presidente son un completo disparate, porque es un conocido admirador del estado de Israel y su política antiterrorista y además es un estudioso de la Torá. En cuanto a la falta de diputados y senadores para ganar en un eventual triunfo, es muy probable que se disgreguen el peronismo y Juntos y se forme una nueva mayoría. En cuanto a sus equipos, es muy probable que los halcones que lidera Patricia Bullrich se le sumen y en economía, Guillermo Nielsen es un probable ministro de economía en las sombras, por lo cual no generará ningún miedo en las instituciones democráticas y mucho menos en la economía, donde el combate a la inflación será la primera asignatura, con la baja del gasto, la supresión de la obra pública y transferencias a las provincias, aunque negociada con los gobernadores.

Es decir que hacer terrorismo político con un eventual gobierno de Milei es una operación de la coalición Juntos, del albertismo, kirchnerismo y de los medios de comunicación y periodistas pro macristas y kirchneristas, que se quedarían sin pautas, como los diarios Clarín y La Nación.

Aclarado que Javier Milei no es ningún cuco para la democracia, resta saber con quién se enfrentará en una eventual segunda vuelta y, si tomamos en cuenta que de sus votos, el 70% provienen de Juntos por el Cambio y el 30% del peronismo, es muy probable que se enfrente con el peronismo gobernante que, con bastante probabilidad, está cerca del 35%, como todo oficialismo, pese a que algunos encuestadores dicen que sería la peor performance del peronismo en la historia. Pero eso está por verse. De ahí la importancia del candidato, que no sería Pablo González, el presidente de YPF, un invento de Horacio Verbitsky, a quien La Cámpora intoxicó para quitarle presión a Sergio Massa.

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