Por Carlos Tórtora.-

Luego de la derrota en el Senado, el gobierno está haciendo el correspondiente control de daños. Para empezar, la estrategia desplegada el 1 de marzo en el discurso presidencial de apertura de sesiones hace agua. JM supuso que podía negociar con los gobernadores una nueva ley ómnibus y luego seguir con el Pacto de Mayo. El plan se basaba en puentear al Congreso creyendo que los gobernadores podían manejarlo. Este error político le fue fatal a Milei. El Congreso actúa con su propio sistema de poder y lo ocurrido en el Senado con el mega DNU deja en claro que no habrá ninguna ley ómnibus. Y en consecuencia, tampoco habrá, muy probablemente, Pacto de Mayo. En realidad, el gobierno se enfrenta al hecho de que su necesidad de contar con instrumentos legales para avanzar con el ajuste no tiene solución a la vista. Además, el rechazo al DNU es una advertencia de lo que puede ocurrir. Hay 15 DNU dictados por Milei que podrían ser rechazados por las cámaras si éste opta por una guerra permanente con el Congreso.

Hay que elegir

Así las cosas, el presidente estaría obligado a reformular a la brevedad su estrategia política y ante él se abren dos caminos. Pero eso sí, ya sea que elija la guerra con el Congreso o buscar una nueva negociación, deberá resignarse a gobernar con DNU, que ahora se demuestra que son vulnerables. Buscar rearmar la negociación es el camino más racional pero más arduo. Y Milei carece de equipo político para semejante empresa. Guillermo Francos hace agua por los cuatro costados y no aparece en el oficialismo ningún talento político para recomponer las cosas. Karina Milei y Santiago Caputo están más para la guerra que para otra cosa y Nicolás Posse es un administrador.

Seguramente ahora aparecerá nuevamente la presión de Mauricio Macri para reconfigurar el gobierno colocando a sus alfiles.

Hasta ahora Milei se resistió a entregarle al Pro el timón político del gobierno. En esta instancia, lo primero es conseguir el número para que en Diputados sea aprobado el mega DNU. La puja decisiva se da en torno a los diputados de la UCR. En este bloque, aparte de los 5 disidentes que responden a Facundo Manes, hay otras fisuras que preocupan al gobierno.

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