Por Guillermo Cherashny.-

En el seno del gobierno de María Eugenia Vidal hay una sana discusión entre Federico Salvai, el jefe de gabinete, y Joaquín de la Torre, el ministro de gobierno, quienes se atribuyen el invento de la candidatura de Florencio Randazzo para senador, aunque Emilio Monzó, quien trabajó con Randazzo en la provincia de Buenos Aires en épocas de Felipe Solá, también discute los derechos intelectuales.

Pero esta candidatura, que obtuvo el 5,9% y que le permitió a Cambiemos perder por algunas décimas la elección de Buenos Aires por unas décimas, como confirma el escrutinio definitivo, que se está desmoronando con el transcurso de los días, ya que a los seis intendentes que acompañaron esa fórmula les fue muy mal en sus distritos, entrando cuartos en los concejos locales.

Así es que los dos principales alcaldes como Juanchi Zabaleta de Hurlingham y Gabriel Katopodis de San Martín están preparando las valijas. En efecto, el primero Hacia Cristina y el segundo hacia Cambiemos y, además, como no logró obtener ni un legislador o senador provincial, no hay ningún incentivo para continuar en las elecciones de octubre próximo.

Sólo queda la esperanza de obtener dos diputados nacionales, encabezados por Eduardo Bucca, el intendente de Bolívar, pero con el actual desbande da la impresión de que Florencio Randazzo sería obligado a abandonar, porque sus seguidores saben que es un apéndice del gobierno de la provincia y que serán señalados en el futuro como traidores al peronismo y nadie quiere cargar con esa cruz.

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