Por Carlos Tórtora.-

Pocos dudan de que, en caso de ser presidente, Sergio Massa concentrará en su persona la conducción del peronismo y que Cristina Kirchner quedaría en una posición marginal. Pero no está tan claro qué es lo que pasará en caso contrario. Un Massa derrotado y ya sin el ministerio de economía podría sufrir las limitaciones propias de contar sólo con su sector, el Frente Renovador, ya que los gobernadores y los intendentes del PJ difícilmente apoyen a un perdedor. En este cuadro, con Massa y Cristina sin cargos institucionales, pasaría a tener un rol estelar Axel Kicillof. Este entrará en su segundo período como gobernador y ya no puede aspirar a otra reelección, porque se lo prohíbe el artículo 123 de la carta magna bonaerense. Es muy probable entonces que la misma Cristina le dé vuelo al lanzamiento de Axel 2027, aunque habría perspectivas en el kirchnerismo de que sea antes si Javier Milei entra en la ingobernabilidad.

La pregunta que se abre es si, con un Massa golpeado, Cristina aprovecharía entonces para retomar su liderazgo y gerenciar el proyecto Axel.

Las características de fuerte personalidad de Milei generan condiciones ideales para antagonizar con la expresidenta. Y ella necesitaría también ocupar un lugar central para así victimizarse ante la inminencia de una nueva tormenta judicial en las causas por corrupción.

Las cuentas del 19 N

Pero estas y otras conjeturas dependen de otro capítulo que sería inmediato a la eventual derrota de Massa. Me refiero al pase de facturas en las filas del oficialismo. Si el tigrense pierde por un escaso margen, el kirchnerismo duro podría argumentar que aquél no pudo pese a tener amplio margen de maniobra y a que Cristina le cedió todo el escenario. En este punto habría que ver los números del recuento. O sea, saber si en los municipios controlados por La Cámpora y los barones del conurbano los resultados fueron similares a los del 22-O. Si en cambio fueran inferiores, esto querría decir que el aparato K no puso mayor empeño en movilizar y fiscalizar, o dicho con otras palabras, lo entregaron a Massa. La posibilidad de que esto ocurra está en el aire. Son muchos los que opinan que a Cristina le conviene ser la cabeza de la oposición ante Milei, antes que el furgón de cola del gobierno de Massa.

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